La experiencia de viajar en el transporte público se ha convertido no solo en una odisea que quita tiempo, sino también en una manera muy peculiar de perder la paciencia, incluso ser presa del pánico, o, en todo caso, en una involuntaria tentación que saca lo peor de nosotros mismos. Lo dicho, no creo que sorprenda a nadie, por el contrario, sus ecos ya son parte del imaginario público local.
La realidad peruana es única para cualquier tipo de creador. No nos referimos a los tópicos de las esferas políticas, reducirla a ese aspecto sería dar una imagen minúscula de la riqueza anecdótica que a diario signa a nuestro contexto. Pero por raro que parezca, se escribe/recrea poco de este crisol de anécdotas, personajes e historias que quedan en la memoria colectiva. Todo indica que se está teniendo una mirada muy burguesa sobre una sociedad como la peruana, y a las fuentes históricas nos remitimos, capaz de transformar hasta a los más intransformables.
El escritor, productor y director de cine Daniel Rodríguez Risco no fue ajeno a esta experiencia y no tuvo mejor que idea que plasmar los vivido en un libro objeto, en los cauces del cómic, llamado Bestias (El Colchón Books, 2014).
“Durante un viaje en bus de Trujillo a Cajamarca, me tocó de vecino de asiento una persona cuya cabeza asomaba más alto y más grande que la de Alan García. Ya nos podemos dar una idea del tamaño. El bus estaba lleno, no había ningún otro asiento disponible, así que tuve que resignarme a viajar literalmente aplastado durante todo el trayecto, porque no estaba preparado. No había aprendido a viajar de pie”, declara Rodríguez Risco para La República sobre cómo nació Bestias, que contiene ilustraciones de Gabriel y Mateo Alayza, los Hermanos Magia.
Ignacio García, protagonista del relato, condensa las sensaciones que tuvo que pasar Rodríguez Risco en ese viaje que lo marcó al punto que, como indicamos, tuvo que escribir de él. Pero Bestias, como lo conocemos ahora, no fue concebido como cómic, sino inicialmente como un cuento, pero se trataba de un texto huérfano que no podía dialogar con otros, “entonces la editora Mayte Mujica me sugirió publicarlo como un libro ilustrado”.
Si bien se trataba de un registro nuevo para el autor, no le era del todo ajeno en cuanto al trabajo de imágenes.
“Pero el libro es más que la historia de una indignación, implícitamente se habla en él de la tolerancia, de aceptar a las personas, así como lo aceptan a uno”, señala el autor, para quien Bestias podría ser un duro reflejo del Perú de hoy. Esta lectura no anda nada desajustada de lo que se ve.
“El tema del libro tiene que ver con la territorialidad, que está presente en una película que hice, Cuadrilátero. La territorialidad, como defensa con uñas y dientes de algo que se posee. Ignacio García es un especialista en arte y conocedor de la obra de Jackson Pollock. Viaja a Cajamarca a conocer una reserva animal, pero resulta que los “animales” están en el bus, porque no solo se enfrenta a este hombre gigantesco que no lo deja viajar tranquilo, también tiene que soportar la indiferencia de los demás. Es también una metáfora de la vida. Puedes ser una persona que ha tenido acceso a la formación como alguien que no ha tenido esa oportunidad, en ambos lados estás expuesto a reaccionar de una manera en donde no hay espacio para la racionalidad”, enfatiza el autor.
Un factor a subrayar, es el humor. Si existe el sufrimiento festivo, Ignacio García lo representa. Además, la configuración de este personaje proviene de unas mayores influencias de Rodríguez Risco: “Kafka no era una persona sombría, aunque para mí era un gran humorista. En Bestias hay un humor negro y fantástico”.
No se aburrirán. Que no es poco en estos tiempos.