Ayer martes 10, en un mediodía extrañamente soleado, se llevó a cabo, en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Vega, la conferencia de prensa sobre el próximo Hay Festival de Arequipa, que se desarrollará del 7 al 10 de noviembre, y el 6 de noviembre en Moquegua.
Bajo todo punto de vista, se trata de uno de los eventos culturales más importantes del país, que reúne a una variedad de autores, artistas e intelectuales nacionales y extranjeros, con el objetivo de dialogar y abordar temas de actualidad (economía, política, medioambiente, literatura, igualdad de género, ciencias, etc.). Digámoslo claro: es una fiesta cultural de primer nivel.
La República llegó a la conferencia y lo primero que hizo fue revisar la lista de invitados (112 participantes de 17 países). Es el factor por el que todos preguntan en cada edición y tras una revisión atenta, podemos decir que, a diferencia de años anteriores, en esta ocasión la lista de convocados (principalmente en la nómina nacional) no destaca por su extrañeza.
Se trata de la décima edición del Hay, un número redondo y por tal muy significativo, porque desde que rompió fuegos en el año 2014, no pocas cosas pasaron en el país para que este evento cultural pierda lo que lo legitima: la continuidad. Lo político afecta (siete presidentes en una década, a saber) a toda una dinámica social, en la que se incluye el espectro cultural.
De la lista de invitados internacionales, apuntemos los nombres de Javier Moro, Irene Vallejo (autora de esa maravilla llamada El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo), Carlos Bardem, Colombe Schneck (autora de La trilogía de París), Liliana Colanzi, Edmundo Paz Soldán, Diana Moncada, Jean-Baptiste Del Amo, Pablo Vierci, Diego Enrique Osorno y Philippe Sands. Hay, además, dos premios Nobel: el costarricense Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz 2017, y Abdulrazak Gurnah (Tanzania-Reino Unido), Premio Nobel de Literatura 2021. De Gurnah, recomendamos su novela El desertor.
En cuanto a la lista de autores locales, que siempre genera reclamos, señalemos que el panorama es más aterrizado en esta ocasión. Pero igual no deja de sorprender la ausencia de autores como Alfredo Bryce (Arequipa lo ama), Lucía Charún (una de nuestras escritoras mayores), Nicolás Yerovi (Yerovi solito te llena varios auditorios) y Carmen Ollé (hizo historia con Destino: vagabunda). Hay que afinar la asesoría literaria (tarea pendiente, ahora sí, para el Hay Festival Arequipa 2025), porque es evidente que algo no está funcionando bien en esa dinámica.
Pese a estos reparos perfectibles, los convocados locales no desentonan: María José Caro, Gabriela Wiener, Guillermo Niño de Guzmán, Hugo Coya, Karina Pacheco, Christian Bendayán, Rocío Silva Santisteban, Teresa Ruiz Rosas, Karina Pacheco, Farid Kahhat, Natalia Sobrevilla, Karen Bernedo, Enrica Pérez, Julio Villanueva Chang, Luis Llosa y Alfredo Villar.
“Este festival se sintió consolidado desde el primer año. La unión del Hay Festival con Arequipa se vio desde el principio. Apostamos por descentralizar la cultura, esa fue nuestra visión cuando se quiso hacer el festival en una ciudad que no sea Lima. El festival ha resistido en estos años en los que Perú ha pasado por muchas inestabilidad política y social. Aquí hay una apuesta por un bien común, por el diálogo. Este festival se hace con apoyo público y privado, lo cual lo hace también más independiente. Además, la conversación se siente urgente, hoy vivimos en burbujas y son burbujas creadas por las redes sociales, incluso el conocimiento está en burbujas. Hay que ponernos a conversar y ver más allá. El Hay Festival es un espacio que atrae a gente que piensa diferente, porque tiene un programa tolerante y amplio en donde abordamos todas las disciplinas y ramas del conocimiento”, declaró a La República Cristina Fuentes La Roche, directora internacional del HaY Festival, a quien le damos toda la razón.