En estos tiempos signados por la rapidez y los resultados inmediatos, que afectan también a la producción cultural, ¿acaso no necesitamos hacer una pausa para apreciar la esencia de la vida, de la poesía del detalle, del torrente de la revelación de los grandes eventos de la cotidianidad? En este sentido, ¿cómo resiste la música clásica? Sabemos que los productores, músicos y compositores de música clásica de todo el mundo vienen elaborando métodos de divulgación a la búsqueda de nuevos adeptos, es decir, de los más jóvenes. Bajo todo punto de vista, se trata de un propósito encomiable, y mejor cuando está acompañado de la calidad, como es el caso de la pianista alemana residente en París, Katinka von Richter.
Basta ver sus videos en YouTube, en su canal Instant Video Paris, y cuenta de Instagram, para constatar que Von Richter sabe muy bien lo que quiere: difundir la belleza de la música clásica sin descuidar la fuerza tradicional que la nutre. Porque no solo hablamos de melodía para el oído, también de una posibilidad de fuga para seguir. “La música es un todo, ingresa al ser humano. El arte y la música es lo mismo para mí”, declara la pianista, quien enfatiza: “No deberíamos hacer del arte y la música un fin político. La música nos desconecta para encontrar la libertad”. Lo dicho no es gratuito, es un parche autorizado a los peligros que corre el arte ante el avance de la polarización ideológica y variantes: a la caza de la expresión cultural.
Glenn Gould. Influencia interpretativa para Von Richter. Foto: difusión
“No recuerdo cuándo fue mi primer acercamiento al piano. Desde que nací, mis padres tenían un piano en casa y mis primeras clases las tuve a los cinco años”, indica la artista, para quien figura de su compatriota Robert Schumann le resulta capital. “De Schumann me gusta su música, pero también sus diarios, su sensibilidad es especial, expresa sentimientos, refleja su alma, su música la siento como un abrazo”. Son precisamente piezas de Schumann, Sergei Prokofiev, Franz Schubert y Johannes Brahms que tocará el domingo 23 de junio en el Teatro Municipal.
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La crítica y el público joven están con Von Richter. Su álbum Brahms Piano Sonatas 2 & 3 (2023, disponible en Spotify) la terminó consagrando como una de las pianistas con mayor proyección del momento. En este punto, subrayemos que si bien Von Richter usa las redes sociales (fue la primera en producir su propio showcase), ella conoce de los límites de las mismas. “Mis videos en Instant me permiten expresar todo mi arte, pero no caigamos en el error: la música clásica se debe vivir no únicamente a través de la pantalla. Estamos sobreestimulados a lo que era hace cien años. Si estás pensando mucho, no puedes percibir nada. Es como meditar, tienes que limpiar tu mente primero”. Músicos como Von Richter no son ajenos a los peligros de la fama y el reconocimiento. Al respecto, la alemana es firme: “Yo creo en mis convicciones y respeto la tradición de la música clásica. Lamentablemente, los pianistas tienden a perderse. Tenemos el ejemplo de Lang Lang, que tocó música de Disney y mucha gente piensa que es música clásica. No es así. Sé que puedo ser extrema, pero hay que valorar la tradición”.
Calentemos motores escuchándola tocar el piano. El cielo es el límite para Von Richter.