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Cultural

¿Por qué es importante el MALI?

Entrevista. Sharon Lerner y los próximos retos del Museo de Arte de Lima, institución que cumple una permanente labor pública sin ser estatal.

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Directora. Desde 2022, Sharon Lerner dirige el MALI. De las exposiciones en su gestión, destaca Paisajes de luz, de Joanie Lemercier. Foto: John Reyes

Sharlon Lerner me recibe en la cafetería del museo. Acaba de terminar la muestra Pulso plástico. Pintura y escultura en las colecciones del MALI (1965 – 1995). La muestra ofrecía una visión panorámica de una de las facetas centrales del arte peruano de finales del siglo pasado. Todo lo expuesto forma parte de la colección del museo, pero son piezas que lamentablemente no forman parte de lo que se expone en la colección permanente.

El museo tiene una colección amplísima de arte moderno y contemporáneo peruano, pero que no tiene espacio de exhibición. ¿Qué le gustaría hacer al museo con esta colección?

El museo tiene un acervo enorme. Contamos con más de 19 mil obras, que van de precolombino hasta contemporáneo, pero el espacio de exposición dentro del palacio para las obras de la colección permanente en el segundo piso tiene limitaciones. No alcanza para exhibirlo todo ni para completar el recorrido cronológico. Entonces, se llega más o menos hasta los años cuarenta y cincuenta. La colección de arte moderno y contemporáneo peruano, de finales del siglo XX y siglo XXI, todavía no tiene un espacio permanente de exhibición. Había un proyecto muy lindo para una ampliación, que se llamaba en su momento ‘El Ala Contemporánea’, que iba a tener lugar en el subsuelo, en un espacio adyacente al palacio de la exposición, pero, lamentablemente, nunca se pudo realizar. Se hizo un concurso arquitectónico, pero no se terminaron de conseguir los fondos para su realización, y llegó la pandemia, que cortó muchos de los planes que se tenían. Por ello, estamos pensando en otras alternativas para la exhibición de la colección, como buscar algún espacio temporal. Es un proyecto, digamos, pendiente, pero activo dentro del museo.

¿Y no hay una reprogramación de esta ampliación o algo por el estilo?

Sí, pero a mediano o largo plazo, porque es un proyecto arquitectónico mayor. Requiere muchísimos fondos y muchas gestiones administrativas. Entonces, en el interín sí sería bueno encontrar algún espacio para completar un poquito el panorama que las colecciones cuentan.

Algo como la muestra que acaba de terminar de arte moderno y contemporáneo peruano.

Sí. Lo que hacemos desde hace muchos años es alternar proyectos en el campo de contemporáneo. Por lo menos, alternar proyectos expositivos, monográficos, curadurías específicas respecto a ciertos artistas, con pequeñas colectivas basadas en las colecciones, que revisan capítulos específicos de estas. Por ejemplo, desde el 2021, presentamos temporalmente la donación Fernando de Syszlo, que nunca se había mostrado desde la retrospectiva del 2011. Después, tuvimos una muestra que se llamó los años sesenta, la pintura, que de alguna manera es como la antesala de la muestra ‘Pulso Plástico’, que acaba de cerrar, porque cubría, sobre todo, la década de 1960, pero desde dos frentes. Por un lado, estaba el frente pop, los artistas pop de arte nuevo y aledaños que se encuentran representados en la colección, vis a vis a una selección de los artistas vinculados al ancestralismo telúrico, al informalismo y al surrealismo que operaban en esos años. Entonces, era como un panorama de la pintura en los años sesenta. La muestra que acaba de terminar era, sobre todo, una muestra de pintura y escultura en el Perú, desde la colección del MALI, con todas las fortalezas y las limitaciones que eso implica, del 65 al 95. Obviamente hubo muchos nombres ausentes, nombres importantísimos en la época, pero no estuvieron porque no están en la colección del museo. Precisamente, esa revisiones permiten visibilizar esos vacíos de cara a subsanarlos en el futuro.

¿Y se tiene un plan de adquisiciones para ello?

Se tiene un plan de adquisiciones de muchísimas cosas, pero no solo adquisiciones, sino estrategias que combinan las adquisiciones y las donaciones, porque también el museo lamentablemente no puede representarlo todo. No es el Museo Nacional y tampoco tiene ni el espacio ni puede cubrir todo el arco, pero sí hay figuras importantes que no están representadas, que se tienen identificadas y que hay que subsanar. Hay que desarrollar estrategias para lograr incorporarlas de modo muy puntual para generar narrativas coherentes sobre el arte peruano.

¿Cuál crees que es la importancia social de un museo como este?

Lo que pasa es que este es un museo —como siempre decimos— que busca ser público, pero de gestión privada. Tiene una misión pública, que no tiene que ver con ser estatal. Tenemos la responsabilidad de ser el museo de la ciudad. Nominalmente está el encargo y no hay demasiados museos de arte en el país. Hay muchos museos patrimoniales, muchos museos dedicados a la arqueología, a colecciones específicas, incluso de arte virreinal y colonial, pero no museos con un carácter panorámico dedicado a las “bellas artes”.

Es lamentable. Alguien que quiera conocer la historia del arte peruano encuentra muchas dificultades. Es muy difícil acceder a la obra de artistas peruanos modernos y contemporaneos, a pesar de que hayan hecho carreras notables.

Sí. Además, falta la multiplicación de instituciones. Se necesitan más espacios para ver lo contemporáneo y lo moderno, para entender la historia reciente. No hay que olvidarse que, el arte es un termómetro y un filtro sensible de la realidad social peruana a través de los tiempos. Es importantísimo para la memoria colectiva. Siempre pienso en qué importante es que los colegios vayan a museo. Cuando yo era niña, nunca nos llevaron a un museo de arte en el colegio. Ahora hay muchos colegios que vienen, pero principalmente por iniciativa de unos pocos profesores que tienen esa visión y esa voluntad. Pero no es lo suficientemente masivo. En otros países, los museos están llenos de niños. Es parte de la currícula. Esa falta de acceso desde la niñez también influye en que después no se multipliquen estos espacios.

Ustedes como institución además tienen otros proyectos, como el de reactivar el anfiteatro, también hacen clases, ¿me puedes contar acerca de estos proyectos?

Claro. El MALI es una institución muy compleja y tiene muchas facetas que trascinden a coleccionar arte, cuidar arte, conservar arte y exhibir arte. Hay un área educativa linda que brinda cursos y talleres de arte, disciplinas afines a niños de distintas partes de Lima, y que, además, funciona hace más de 30 años. Esa, de hecho, es una de los principales fuentes de sustento de la institución. Somos también un espacio de profesionalización en la gestión de artes. Se brindan programas de extensión profesional y de gestión cultural. En cuanto al auditorio, este fue muy activo, ya que era la antigua sede de la Filmoteca de Lima. Luego se convirtió en un espacio importante para teatro, cuando estuvo el colectivo Vía Expresa, durante los 2000. Ahora estamospensando en cómo es probablemente el último espacio que vamos a terminar de reactivar después de haber reactivado el museo tras la pandemia.

¿Qué muestras están por venir en el resto del año?

 Bueno, viene un gran proyecto que trae Fundación Telefónica. Ellos son socios del museo hace más de 30 años y han venido grandes exposiciones de Lima. Desde hace varios años ellos están abocados al tema de arte y tecnología, y nosotros nos hemos ofrecido como un espacio que acoge muchas de esas muestras. Este año va a venir el próximo mes ‘Mundo Expandido: entre la realidad y lo virtual’. Se trata de una muestra colectiva que trae artistas de distintas partes del mundo que trabajan precisamente entre los límites, entre la realidad y la virtualidad. Vienen artistas muy importantes, Cao Fei, la artista china, o Solimán López de España. Creo que va a ser muy interesante porque va a hablarle mucho a un público joven respecto a lo que vive día a día con la tecnología; sobre todo, acerca de los cambios enormes que está sufriendo el poder creativo a partir de las tecnologías. Creo que el gran debate que hay ahorita con la inteligencia artificial es algo que hay que tomar en serio. Más allá de eso, vamos a tener una muestra grande de adquisiciones y donaciones de los últimos tres años, histórica, , desde precolombino hasta contemporáneo. Va a ser toda la segunda mitad del año e irá en paralelo a esta otra muestra de telefónica.