Otelo, el personaje de Shakespeare que perturbado por los celos asesina a su esposa Desdémona, no puede dejar de ser visto a la luz de nuestros días como un feminicida. Sin embargo, esa mirada no es la intención del director Jean Pierre Gamarra, quien mañana estrena Otelo en el Teatro Municipal de Lima. Más bien, dice el director, “poner en escena Otelo en este contexto de feminicidio ha sido un reto difícil”. Pero, eso sí, aclara, al margen de cualquier motivo dentro de la obra, Otelo es un feminicida, un asesino.
Entre los protagonistas, Otelo será encarnado por André Silva y Desdémona por Maria Grazia Gamarra. También estarán Fernando Luque como Yago y Óscar Yépez como Casio.
-Es un clásico que funciona como teatro contemporáneo con el tema del feminicidio.
-Efectivamente, la obra funciona como contemporánea porque Otelo es un personaje arquetípico: el celoso. Y como se trata del ser humano, seguirá siendo humano, siempre. Al ser una obra clásica, que habla más allá de su época, puede ponerse en escena en cualquier época y contexto. En el caso de Otelo, no seguimos la época que propone el libreto original. La puesta en escena se acerca un poco más a nuestro tiempo sin ningún problema. Otelo habla de un hombre dominado por los celos, de un drama de alcoba. No es una obra bélica. Solo se sabe que Otelo es un general, pero solo como un pretexto para referirse a una historia de pareja. Y por culpa de un antagónico, que es Yago, quien lo manipula, Otelo se ve sometido al demonio de los celos y asesina a su mujer.
Jean Pierre Gamarra. El director presentará una de las obras teatrales más reconocidas a nivel mundial. Foto: difusión
-¿Cómo abstraerse del contexto en el que vivimos?
-Que esa historia suceda en 1600, en la República de Venecia, como dice el libreto, o que suceda en nuestros días, para mí, es irrelevante. Maximizar las pasiones de Otelo y el sufrimiento de su esposa y la absoluta envidia que tiene Yago, de eso se trata la obra.
-Pero ahora que hay más conciencia del machismo, Otelo explica mucho.
-Sí, efectivamente, aunque allí hay un tema en particular que se verá en la obra. La obra está escrita no para mostrar a Otelo como un feminicida, sino como una víctima. Eso ha sido difícil para mí, enfrentarnos a una época como la que vivimos hoy, donde nuestra atención está puesta en la violencia contra la mujer, por los temas de los feminicidios que, además, vemos. Claro, no puedo contar la historia del modo que la contó Shakespeare. Otelo no necesariamente es el héroe del que habla, dominado por los celos. Hoy, en nuestros tiempos, Otelo viene a ser un héroe para convertirse en un feminicida, manipulado por Yago. Eso ha sido para mí el mayor reto. En el trabajo que hemos hecho queda muy claro que la víctima es Desdémona y Otelo es el victimario. Como la obra ha sido escrita de tal modo como que Otelo ha sido burlado por Yago, creo que el público va a sentir cierta compasión. Pero no va a disculpar su crimen, yo tampoco disculpo el crimen de Otelo. Mi trabajo como director no es ponerme de lado de nadie. Yo, como director de una obra como esta, soy un juez. Yo muestro los hechos y el público es el jurado.