Antonio Zegarra es artista gráfico. En los primeros meses del año 2020, ingresó a una zona de miedo. La pandemia del coronavirus se había extendido al Perú. Estaba en Lima y decidió, como quien huye, viajar a Trujillo, su ciudad natal. Pero allí su pánico creció más. Sus padres se contagiaron del mal.
No sabían cómo proceder. Su padre era cirujano plástico, él también médico, pero el mal era nuevo, no había protocolos, diagnósticos ni tratamientos. Su pánico creció más, también por los días de reclusión.
El artista explica que allí esta el origen de la muestra de retratos “Creados en pandemia”, que hoy exhibe en la galería Imaginarte, en la avenida Primavera 886, Chacarilla, Surco.
Se trata de una serie de doce retratos digitales impresos de personajes de la historia antigua y contemporánea, algunos de ellos víctimas de pandemias o que vivieron tiempos de pandemia, pero también hay otros, de épocas más recientes, que están allí porque han sido trabajados bajo el influjo del pánico por el COVID-19. En la galería están los retratos, entre otros, de Alberto Durero, Beethoven, Einstein , Yma Súmac, María Félix y Klaus Nomi (que murió de sida).
“Los he retratado desde el lado del miedo. En los días de confinamiento me puse a pensar qué hacían los artistas de otros tiempos, cómo manejaban la muerte. Me puse a investigar y hallé a Pieter Brueghel y su gran pintura El triunfo de la muerte. Ese cuadro tiene tantos elementos que realmente son terroríficos. Las pandemias se han llevado la vida de grandes artistas como Tiziano, quien murió víctima de la peste bubónica”, afirma Zegarra.
El artista llama a sus retratos “personajes visuales”, porque han sido creados a partir, dice él, de los retratos reales. Así, un personaje histórico, biográfico, tras su trabajo digital y “emocional” se convirtieron en un personaje de su creación.
“No es que yo tome la fotografía de un personaje para intervenirla, sino el retrato que yo hago es un retrato nuevo, que está impregnado de toda esa emoción que yo sentía cuando investigaba el tema de las pandemias”, dice Antonio Zegarra.
“El detalle está –agrega– en no identificar a las personas sino leer la emoción que hay en ellos a través de la gráfica”.
Antonio Zegarra, además de dibujar, hace pintura digital. Sus retratos están trabajados bajo esa técnica, sobre todo del Photoshop, que se acopla muy bien con su formación de diseñador y de médico.
“Yo trabajo con la emoción. Siento cómo emplazo personajes de teatro, en los que se ha mezclado el miedo, la violencia, el mal humor, la nostalgia de los días libres por estar recluido. Pero también he ido evolucionando, en algunos retratos, como el de Yma Súmac, en su cabeza hay un resplandor, una luz, que es como la esperanza ante tanta oscuridad”, afirma Antonio Zegarra.
Asegura que la medicina le ayudó a vivir, a descubrir su persona e identidad, pero la gráfica, a expresarse mejor y comunicarse con el mundo.
“Yo no tengo mucha facilidad con el habla. Lo mío es visual. Mi lenguaje es la gráfica, todo lo podría resolver sin palabras”, afirma Zegarra.
“Y quizás pinto retratos –concluye Antonio Zegarra– porque soy trujillano, por los cirujanos plásticos de mi tierra y por influencia de los huaco retratos de los mochicas”.
Antonio Zegarra