Bohemia y genialidad Said Trujillo Valverde, docente de Literatura. No me gustan las peleas de gallos, pero uno de mis recuerdos más vívidos fue de quedarme maravillado frente al primer cuento de un desgastado volumen de hojas amarillentas titulado El Caballero Carmelo y otros cuentos. Imposible, claro, negar las virtudes narrativas de Abraham Valdelomar. Basta recordar ese, su cuento más famoso, para tenerlo más que claro. Pero Valdelomar es mucho más que la descripción de Pisco y la épica última batalla del Carmelo: él es la melancolía de sus versos en sus poemas más íntimos y tristes; es su peculiar reelaboración del pasado incaico en Los hijos del Sol; es su teatro, perdido en gran parte, es Colónida y su influencia ulterior; es, en suma, su vida bohemia y toda su genialidad. Ya son 100 años desde que nos dejó solo habiendo pasado 31 años en este mundo. El absurdo accidente que se lo llevó tan pronto, sin embargo, nos dejó un Valdelomar eternamente joven, como quizás ese dandi irremediable habría deseado. Escritor entre siglos Haydee Salcedo Fonseca, egresada de Literatura. Este año se conmemora el centenario del fallecimiento de Abraham Valdelomar (1888 – 1919). Cuentista, poeta, ensayista, periodista y dramaturgo peruano que nos dejó una amplia producción literaria por valorar y rescatar. Desde muy joven incursionó en la poesía hasta llegar a formarse como narrador y renovar la narrativa peruana. Valdelomar es conocido como El Conde de Lemos, seudónimo que utilizó en su labor periodística y como El Dandy por su llamativa vestimenta al estilo europeo que impresionaban las calles limeñas de su época. Es un escritor que transcurre por dos siglos y estilos literarios desde el Modernismo al Postmodernismo, mostrando mayor diversidad artística. Desde hace muchos años, sus cuentos forman parte de la enseñanza escolar como El caballero Carmelo, El vuelo de los cóndores y Hebaristo, el sauce que murió de amor que muestran el paisaje y la añoranza de la infancia.