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Ciencia

Pruebas rápidas de antígenos son más precisas de lo que se pensaba, según estudio

De acuerdo a la investigación, las pruebas rápidas de antígeno contra el SARS-CoV-2 son efectivas en un 90% en el período de mayor infecciosidad y podrían tener una utilidad distinta que las moleculares.

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En Reino Unido, los test rápidos de antígenos han sido objeto de crítica por utilizarse en ámbitos domésticos sin supervisión de un profesional. Foto: EFE

Un estudio en el Reino Unido ha revelado que las pruebas rápidas de antígenos contra la COVID-19 (también llamadas pruebas de flujo lateral o LFT) son más sensibles de lo que se estimaba, tanto para detectar a personas infectadas en un 80% como a aquellas con mayor posibilidad de contagio en un 90%.

El artículo revisado por pares fue desarrollado por investigadores de la University College London (UCL) y puede ser consultado en la revista Clinical Epidemiology.

Desde el inicio de la pandemia, se ha vertido mucho esfuerzo en el diagnóstico de la COVID-19 en personas sintomáticas a través de pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), aquella que detecta el material genético del coronavirus y, por lo tanto, su presencia, aunque ya no pueda ser infecciosa.

Pruebas rápidas de antígeno COVID-19

Este tipo de prueba generó mayor confianza que las pruebas rápidas de antígeno, las cuales detectan proteínas de la superficie del virus, pero suelen dar falsos positivos o negativos cuando no se aplican bien por errores de muestreo o experiencia de quien la realiza. En el Reino Unido, también ha sido criticada por estar hecha para el uso no-profesional y por significar un gasto del 77% del presupuesto anual de ingresos del Servicio Nacional de Salud (NHS).

Sin embargo, con este estudio de calibración de sensibilidad realizada en Liverpool, los investigadores sugieren no subestimar su utilidad en las políticas de salud pública para frenar la pandemia. Según los autores, las LFT, por su uso masivo y ahora comprobada efectividad, deberían aplicarse para rastrear sobre todo a las personas asintomáticas.

Estas pruebas moleculares, comercializadas en kits, se aplican rascándose un hisopo especial en la amígdala y los orificios nasales para extraer muestras nasofaríngeas. Luego, colocados en una tira reactiva se detecta la presencia o ausencia de SARS-CoV-2.

Foto: AFP

El equipo de investigación busca desarraigar la idea de que ambas pruebas pueden compararse “de igual a igual”, cuando su utilidad puede ser distinta. Por un lado, las pruebas PCR detectan los periodos de mayor infecciosidad, mientras que las pruebas PCR captan la presencia del virus en nuestro cuerpo.

Así, los autores critican que la efectividad de las LFT sea evaluada con los parámetros de las pruebas PCR, es decir, identificar los mismos casos que estas. “Es como comparar manzanas y naranjas”, dijo la profesora Irene Petersen, autora principal del estudio.

“Lo más probable es que si el LFT de alguien es negativo pero su PCR es positiva, esto se deba a que no se encuentra en la etapa máxima de transmisión”, sostuvo.

Asimismo, los autores enfatizaron en que la sensibilidad de las pruebas rápidas de antígeno dependen de los errores de muestreo y la experiencia de quien realiza el muestreo.

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