Desde el inicio de la Vendée Globe, Sam Goodchild aparece como mascarón de proa de la competición. Por lo general discreto, el navegante inglés tiene éxito también en redes sociales merced a videos enviados desde su embarcación en los que hace alarde de su 'humor inglés'.
"¡Estoy contento de estar aquí! No me lo esperaba, pero es genial. Logré gestionar con tranquilidad mi inicio de la carrera, sin presionarme por el resultado", explicaba sonriente a la AFP el lunes, víspera de su 35º cumpleaños.
Con la flota dejando atrás la zona de convergencia intertropical, este marinero de 1,89 metros de altura ha pasado la mayoría de lo que va de carrera en el liderato, a bordo de una embarcación fletada en 2019 y bautizada como 'Vulnerable', muy fiable pero más antigua que las de sus principales rivales.
"Las condiciones clementes lo han permitido", señala con modestia este padre de dos niñas.
La historia entre este hijo de ebanista y la Vendée Globe había tenido un inicio con "lágrimas de emoción".
Ayudante en el proyecto Vendée Globe de su compatriota Mike Golding en 2008, recorrió con sólo 19 años el legendario canal de Les Sables.
"Lloré sobre su barco. Era muchísima emoción. Soñaba con hacer algún día esta carrera", recuerda Goodchild, que pasó una parte de su infancia en el velero familiar en las Antillas, donde aprendió los rudimentos de la navegación.
Las lágrimas no se han secado más de tres lustros después, el 10 de noviembre de 2024, cuando abrazó a su familia una última vez antes de soltar amarras como navegante para su primera vuelta al mundo en solitario sin escala y sin asistencia.
Pero desde que se vio rodeado de agua, las lágrimas dieron paso a las unas risas que han seducido hasta al navegante Léon Marchand, uno de sus nuevos seguidores en Instagram, donde difunde a menudo videos de su día a día.
"¡Hola, aquí Sam! La reina y yo acabamos de preparar huevos revueltos juntos. Ella baila... debe de estar pasándolo bien", relataba unos días después de la salida, grabando en la cabina una pequeña figura de Isabel II, cuya cabeza se mueve al ritmo de las olas.
"Voy a mostraros un pequeño secreto", sonríe antes de aparecer viendo un partido de rugby del XV de la Rosa en su celular -situado junto a otra figura, la del rey Carlos III- mientras su embarcación 'Vulnerable' navega a 20 nudos en medio de un ambiente muy británico.
"Es el equipo técnico el que me ha dado estas estatuillas. No soy lo que se dice un monárquico, pero aunque vivo en Francia desde hace mucho tiempo (2011) tengo una base cultural inglesa y estoy orgulloso de ella", explica para la AFP.
Sus rivales por la victoria aplauden su inicio de carrera, al igual que sus mentores.
"Tiene un físico de locura. Creo que tiene aún el récord de remero con nosotros. Es un chico íntegro, franco, no tiene un gramo de malicia", lo describe el navegante francés Thomas Coville, que lo había embarcado como tripulante del Sodebo para el Trofeo Julio Verne en 2020.
Un niño en la época de los éxitos de Ellen MacArthur, mucho tiempo protegido por el navegante británico Alex Thomson y muy amigo de su adversaria Pip Hare, Goodchild desea ver a un inglés imponiéndose en la Vendée Globe, aunque no se ve por el momento a sí mismo lográndolo.
"Mi objetivo principal es pasar un buen rato, disfrutar", afirma.
fd/jan/iga