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Macao trata de preservar su identidad frente a la creciente integración a China


Sentado entre el público del Teatro Dom Pedro V de Macao en los años 1970, Miguel de Senna Fernandes, entonces de 16 años, no entendió una palabra de aquel "lenguaje extraño" que se hablaba en el escenario. Pero quedó hipnotizado.

Ese día nació su amor por el "patuá", un lenguaje criollo nacido de los 442 años de historia colonial de Macao que mezcla el portugués, el cantonés y otras influencias, que apenas se habla ahora y fue catalogado como "en peligro crítico".

"Es algo originario de Macao. Por muchos siglos, los macaenses antiguos usaron este lenguaje como una forma de comunicarse al margen del portugués", comentó Fernandes, un abogado de 63 años que escribe y dirige obras de teatro en patuá.

Veinticinco años después de que Portugal devolviera esta posesión colonial a China, vecinos como Fernandes defienden la singularidad cultural de Macao, máxime cuando la ciudad sigue subsumiéndose en el plan chino de desarrollo regional, denominado Gran Área de la Bahía (GAB).

En estos años, Macao vivió una transformación vertiginosa, con la aparición de casinos vistosos y edificios altos.

Antes de bajar la bandera portuguesa, el ministro del gobierno colonial Jorge Rangel logró convencer a China de incluir una cláusula en la nueva constitución de Macao para proteger los sitios y reliquias históricas.

Las personas de origen portugués o mixto representan el 25% de la población de Macao, pero su influencia se nota en la cocina, los nombres de las calles y la arquitectura.

Rangel señaló que el crecimiento de la GAB será "un desafío permanente para nosotros".

Macao "es una entidad pequeña [de 33 km2] en una área enorme, con una población pequeña, con un modo de vida diferente", comentó.

Fernandes, cuyas piezas se presentan tres noches por año ante un público de unas 1.000 personas, reconoció ser consciente de que la cultura patuá "se está desvaneciendo".

"Tienes esta Gran Área de la Bahía que absorbe todo (...) pero si la generación siguiente tiene un atisbo de conciencia de que podemos ser únicos, podríamos tener opción de sobrevivir".

- Romper los estereotipos -

Comparado con Hong Kong y Taiwán, la producción cultural de Macao ha sido relativamente "invisible" y carece de un sabor distintivo, según el crítico cultural Lei Chin-pang.

"Para la gente de Hong Kong o China continental, no hay mucho interés en Macao, solo que es un sitio cercano en el que divertirse", admitió Lei.

La cineasta Tracy Choi quiere cambiar eso precisamente.

Nacida y criada en Macao, se fue a estudiar fuera en los años 2000, justo cuando los casinos de la ciudad estaban en plena expansión.

Regresó a una ciudad irreconocible, no solo en su apariencia, sino en el estilo de vida de la gente y sus valores.

"Estaban terminando esos casinos enormes", comentó Choi, de 36 años. "Ese Macao estaba muy lejos del Macao de mi infancia".

Eso le sirvió de inspiración para su primera película, "Sisterhood" de 2016, sobre dos mujeres jóvenes que trabajan en un salón de masajes de Macao al final del mando colonial.

"Quise (retratar) la profesión de masajista porque representa al pueblo de Macao de un tiempo pasado", indicó, al recordar que algunas de estas mujeres eran amigas de su madre y venían a jugar mahjong.

Choi considera que sus películas son un contrapeso a la imagen estereotipada de la gente de Macao como rica y ociosa, aunque la industria fílmica de la ciudad tiene dificultades porque con una población de 690.000 personas, las taquillas son limitadas.

"Seguimos buscando un camino a seguir, que nos permita hablar de Macao de la forma en que queremos y que sea accesible para otros mercados", comentó.

- Glamur y globalidad -

El regreso de Macao a China no inspira tanto, en cambio, a Cecilia Cheang, quien nació en la antigua colonia portuguesa y estudia en la Universidad de Hong Kong.

De joven, sus padres la llevaron a los incipientes hoteles de lujo pero raramente hablaban del pasado de la ciudad.

A sus 20 años, Cheang a veces publica cosas sobre Macao en Xiaohongshu, la plataforma china equivalente a Instagram, donde tiene 20.000 seguidores.

"(Xiaohongshu favorece) a las chicas glamurosas y estilos de vida extravagantes y siento que a Macao se le asocia mucho con esto", comentó.

Muchos habitantes de Macao ahora cruzan la frontera con China como parte de su rutina semanal.

Cheang se considera como de Macao, pero también de la GAB. "Siento que, en términos del intercambio y la cooperación cultural (...) es más fácil integrarse a todos los sitios y captar la esencia de todos los sitios", expresó.

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