Agencias

Alemania cierra consulados iraníes tras ejecución de ciudadano germano-iraní


Alemania cerrará los tres consulados iraníes de su territorio, en respuesta a la ejecución en la República Islámica del disidente Jamshid Sharmahd, un alemán de origen iraní, anunció el jueves la ministra de Relaciones Exteriores.

Hemos "dejado claro a Teherán en repetidas ocasiones que la ejecución de un ciudadano alemán tendrá graves consecuencias", declaró Annalena Baerbock al anunciar el cierre de los consulados de Fráncfort, Múnich y Hamburgo.

"El hecho de que este asesinato se produjera a la luz de los últimos acontecimientos en Oriente Medio demuestra que el régimen dictatorial e injusto [de Irán] no actúa de acuerdo con la lógica diplomática normal", añadió la ministra.

En respuesta a la decisión de Berlín, Irán convocó el jueves al encargado de negocios de la embajada alemana en Teherán.

El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní denunció en un comunicado una "decisión irracional" que "no puede ser justificada" y dijo haber convocado al encargado de negocios para transmitirle la "enérgica protesta" de Irán.

El embajador de Alemania en Teherán, Markus Potzel, ya fue llamado a consultas en Berlín.

"La decisión del gobierno alemán de cerrar estos centros es deliberada para privar a los iraníes de los servicios y facilidades consulares", estimó la cancillería iraní.

"El enfoque no constructivo y conflictivo de Alemania es un grave error de cálculo y el gobierno alemán será responsable de sus consecuencias", agregó.

Jamshid Sharmahd, de 69 años, fue condenado a muerte en febrero de 2023 por "corrupción en la tierra", una sentencia confirmada por la corte suprema de la República Islámica.

Fue condenado por participar, según la justicia iraní, en un atentado contra una mezquita en Shiraz, en el sur de Irán, que causó 14 muertos y 300 heridos en abril de 2008.

Igualmente fue acusado de liderar el grupo Tondar, que supuestamente pretende derrocar al gobierno de Irán, que lo califica de organización "terrorista".

El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, denunció la ejecución como un "escándalo" y la cancillería convocó al encargado de negocios iraní en Berlín.

Sharmahd, desarrollador de software que vivía en California, fue secuestrado en 2020 durante una visita a Emiratos Árabes Unidos y llevado a Irán.

Su familia mantuvo constantemente que era inocente.

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