El hallazgo ancestral a metros de Caral, tan antiguo como Mesopotamia y China: conectaba la costa y sierra peruanas desde el siglo XV
Un equipo de arqueólogos, liderados por Ruth Shady, permitieron conocer a la heredera de la Ciudad Sagrada de Caral-Supe.
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A175 kilómetros de Lima, a unas 4 horas de viaje, se ubica la civilización ancestral de Peñico. Fue reconocida como la "Ciudad de Integración Social" en el valle de Supe. Tras 8 años de investigación, un grupo de arqueólogos, dirigidos por Ruth Shady, dieron a conocer esta locación, la heredera de Caral. "Somos los descendientes de la magnífica civilización de Caral. Herederos de sus grandes conocimientos, de sus tecnologías, valores y organización social", manifestó un residente de la zona.
Los antiguos peruanos se asentaron en Peñico desde hace más de 3.500 años. La ciudad está construida sobre una terraza geológica, rodeada por cerros que llegan a medir 1.000 metros de altura. La toma del río se ubica a 1.200 metros de distancia, lo que permitía la recolección de recursos, como maíz, zapallo y pallares.
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Conectaba la costa y sierra peruanas desde el siglo XV
Los habitantes de Peñico enfrentaron diversos cambios climáticos desde el siglo XV, especialmente lluvias y aluviones. Por años, se mantuvieron firmes sus canales de comunicación entre la costa y sierra peruanas, pese a ser una civilización solitaria. Sin embargo, los especialistas presumen que su caída se debería a una fuerte sequía y el golpe del Fenómeno El Niño.
Estructuras monumentales de Peñico. Foto: Andina
Cabe destacar que su antigüedad coincide con la data de Caral, tan ancestral como las civilizaciones sumeria en Mesopotamia y China. En esa línea, Peñico se asemeja debido a la sofisticación en su organización social y económica. Contiene 18 estructuras: pirámides, plataformas, plazas circulares y murales de carácter ceremonial y habitacional.
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Los hallazgos religiosos más importantes de Peñico
"Tenemos una plaza, un salón circular, (…) en el cual hacían actividades rituales, religiosas", indicó uno de los arqueólogos. En dicho terreno, distinguieron dos piezas de gran valor: los esqueletos de un mono ardilla y un guacamayo. Estos animales habrían provenido de la Amazonía peruana para luego ser utilizados en sacrificio.
Otro elemento descubierto, también visto en las culturas Chavín y Moche, fue el pututo. "Se toca cada cierto tiempo para que las personas que están en la ceremonia se 'encoronicen'. En estado de equilibrio", comentó un habitante del lugar. De acuerdo a los expertos, el objeto no solo habría sido usado como instrumento musical, sino también para convocar asambleas, reuniones sagradas o alertar de algún peligro.
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