Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.
Llega verano y es el momento de todo tipo de dieta o acción para reducir el peso corporal, ayunos intermitentes, restricciones calóricas, uso de medicamentos como semaglutida (ozempic) y tirzepatida (montjaro) que ya están en el Perú o las cirugías bariátricas y el balón intragástrico.
En todos los casos existe el temido efecto rebote, es decir, recuperación del peso perdido, a veces menor, igual o incluso mayor. Recientes estudios han mostrado cambios en la expresión génica de los adipocitos que explican porque es esperable el efecto rebote, y por tanto, que hacer para evitarlo.
La grasa (los adipocitos) tienen memoria y son los responsables de ese efecto rebote. Una de las principales funciones de los adipocitos es almacenar energía en forma de grasa para que, cuando haya situaciones de hambre, podamos sobrevivir. De hecho, uno de los factores que ayudó a nuestra sobrevivencia cuando éramos cazadores recolectores, fue esa función. Aquellos que tenían el genotipo ahorrador (mayor capacidad de ahorro en forma de grasa), tenían más chances de vivir.
El problema es que en el mundo actual no necesitamos mucho de esa función y cuando hacemos dietas extremas perdemos peso (grasa y músculo) y al suspender la dieta, el adipocito se activa para hacer lo que mejor sabe, guardar energía para la próxima situación de hambre (alias dieta).
Hay estudios que han podido corroborar esto a nivel epigenético, donde quedan “marcas” en el ADN de los adipocitos cuando pasan hambre y se activan luego para recuperar su forma anterior (memoria grasa).
Entonces, ¿cómo luchar contra la memoria de la grasa? Ninguna estrategia para reducir peso corporal debe basarse solo en ello, ya que cuando perdemos peso, perdemos grasa y músculo. Y como hemos visto, al suspender esta intervención lo primero que se recupera es la grasa.
Por lo que, las intervenciones no deben estar enfocadas solo en perder peso, sino en perder la grasa y mantener o aumentar el músculo. Las dietas, las medicaciones o las intervenciones quirúrgicas ayudan a perder el peso, y si estas no se acompañan de ejercicio, sobre todo de fuerza, de la mano con una buena carga proteica. Lo que sucederá como efecto rebote es que tengamos más porcentaje de masa grasa y menor porcentaje de músculo que cuando iniciamos este proceso.
Hoy, muchos se emocionan con que al fin estén en Perú ozempic y montjaro, que funcionan muy bien en reducir el peso, pero si no se acompañan de un cambio de estilo de vida y sobre todo de ejercicio, la consecuencia final será lo que se llama obesidad sarcopénica. Personas con alto porcentaje de grasa y muy poca masa muscular. Por ello, lo responsable es tener el manejo por un nutricionista y si se opta por medicación con el médico especialista.

Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.