Miocinas: cómo la actividad física ayuda a nuestra salud, por Percy Mayta-Tristán

Se ha encontrado que los ejercicios de fuerza tienen un efecto antidepresivo moderado, reducen el riesgo de pérdida de memoria en adultos mayores, así como un efecto antiedad en la piel e inmunomodulador

Es indudable el beneficio de la actividad física en nuestra salud, no sólo vinculado a un mayor consumo de calorías y por tanto un elemento clave en la lucha contra la obesidad. Sino que el músculo esquelético (ME) interviene en muchos más aspectos de los que pensábamos para preservar el equilibrio de nuestra salud.

Por ejemplo, se ha encontrado que personas obesas pero que realizan actividad física tienen un menor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y cáncer que aquellas personas que tienen peso normal, pero son sedentarias. Así mismo se ha encontrado que los ejercicios de fuerza tienen un efecto antidepresivo moderado, reducen el riesgo de pérdida de memoria en adultos mayores, así como un efecto antiedad en la piel e inmunomodulador.

Por otro lado, la sarcopenia, que es la disminución de la masa muscular, está relacionada con mayor mortalidad por todas las causas y con la demencia senil.

Una pregunta continua era cómo es qué la actividad física o su falta(sedentarismo), así como el volumen de masa muscular están vinculados a tantos aspectos de nuestra salud. Diferentes estudios han ido mostrando que la importancia del ME en nuestro cuerpo va más allá de su rol en la locomoción corporal, pues el ME secreta diferentes sustancias conocidas hoy como miocinas. Las cuales pueden tener un rol autocrino (sobre sí mismo), paracrino (contiguo, por ejemplo, el hueso) y endocrino (otros órganos).

Las funciones de algunas miocinas ya son conocidas porque las secretan otros órganos y otras están en estudio para conocer mejor sus efectos. Entre las miocinas más estudiadas se encuentran: las interleucinas (IL): IL-6, IL-7, IL-10, IL-14, el factor de necrosis tumoral alfa, la catepsina-B, la musculina, la irisina, entre otras, que permiten explicar mejor estos efectos positivos vinculados con la actividad física y la masa muscular.

Un caso interesante es la interacción entre músculo y cerebro, se tiene la evidencia clínica que la actividad física, la masa muscular y la fuerza muscular influyen en la memoria (y su pérdida con la edad). Durante la actividad física se encuentra un incremento del factor neurotrópico derivado del cerebro- 1(vinculado con la regulación, crecimiento y sobrevida neuronal) y que este está asociado al incremento de dos miocinas: la irisina y la catepsina B.

Las miocinas se liberan cuando hay actividad física, siendo mayor cuando el esfuerzo físico es más alto. Así mismo, están relacionadas al volumen de masa muscular, por ello, cada vez se opta más por evaluar la masa muscular y la fuerza muscular como indicadores de salud, que solo el índice de masa corporal, el cual se calcula en función del peso sobre la talla.

Por tanto, el músculo esquelético sería el mayor órgano endocrino que tenemos y que podemos intervenirlo sin usar medicación, pues podemos incrementar su volumen y función a través de la actividad física regular.

Percy Mayta-Tristán

Ciencia Abierta

Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.