*Por Mariela Belleza Salazar. Abogada laboralista. Feminista.
Durante el Congreso 2016-2019 y el Congreso Complementario 2020-2021 las y los trabajadores estatales impulsaron la negociación colectiva en el sector público, una de las reformas laborales más trascendentes de las últimas décadas.
Ante el desequilibrio de poder en el que se encontraban los trabajadores públicos frente al Estado empleador, quienes a pesar del crecimiento económico no lograban la mejora significativa de sus condiciones de trabajo, incluido el incremento de remuneraciones, pudieron lograrlo.
Con esta reforma se logró la suscripción del primer convenio colectivo centralizado estatal de la historia del Perú.
A tres años de este hito histórico se acaba de cerrar el Convenio Colectivo centralizado 2025-2026. No obstante, cuenta aún con retos en la implementación. Podemos decir que restablecer materias económicas a la negociación colectiva estatal ha dado cumplimiento a derechos fundamentales que han logrado un repunte de la sindicalización en el sector (de 16% a 18%), condiciones dignas para el diálogo social y mejoras en las condiciones laborales.
Pero, sobre todo, tiene como objetivo lograr la justicia social y el robustecimiento democrático al promover una herramienta para la reducción de desigualdades y mecanismos de diálogo y participación. Todo ello, factores que contribuyen a la construcción de un sistema político más igualitario y un crecimiento económico sostenible.
Pero poco se (re)conoce que Mirtha Vásquez presidiendo la Mesa Directiva del Congreso de la República fue quien rescató y promovió la insistencia de la autógrafa de Ley de Negociación Colectiva en el Sector Estatal que se convertiría en la Ley 31188. Fue su gestión la que reivindicó derechos, dignidad y voz para las y los trabajadores del sector público.
No dejemos que la borren de la historia.
Colectivo de mujeres diversas, desde diferentes trayectorias, tendencias políticas, territorios y experiencias, que se levantan en voz unida con el objetivo común de rehabilitar la esperanza en la construcción del país. Se comprometen y convocan a un diálogo abierto, y a tejer lazos para contribuir a un proyecto democrático que impidan que el autoritarismo y la corrupción se apoderen de las instituciones.