Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
La muerte de José Miguel Castro es material de primera plana. Un potencial delator clave en el caso de Susana Villarán aparece muerto días antes de iniciar el juicio. ¿Cómo así? Sobre esto hay por lo menos dos versiones. En una de ellas Castro es silenciado por mano ajena. En la otra se suicida. En ambos casos hay algunos problemas de tipo detectivesco.
¿Cómo puede uno ser degollado en una casa no muy grande, donde su padre duerme a uno o máximo dos cuartos de distancia? La primera noticia que declara el padre es el hallazgo del hijo muerto en el baño. Si el padre estaba en casa, se hubiera necesitado el sigilo de un verdadero ninja para llevar a cabo ese asesinato. ¿Estuvo el padre en casa?
El problema con la versión del suicidio con cuchillo de cocina es que Castro hijo no parecía ese tipo de persona. Carecía del entrenamiento, de la actitud arrojada o, si esa es la palabra, del desprendimiento. Eso dicen quienes lo conocieron, con comentarios adicionales sobre el extraño y exigente método de suicidio elegido.
En cambio, si estamos ante un asesinato, el móvil está claro. Sin Castro en el papel de testigo, el juicio contra los acusados del municipio se complica, en la forma y en el fondo. Aunque de testigo no servía para mucho. El alcalde Porky nos ha costado US$200 millones en el CIADI por emplear argumentos salidos de boca de Castro.
Para Villarán y su gente lo del Porkyfracaso en el CIADI es una bendición a medias. Castro no pudo convencer al CIADI, pero sí a los fiscales-Odebrecht. De haber seguido vivo, ¿hubiera podido convencer a los jueces? ¿Quién asesina a un testigo tan poco convincente? Preguntas que nos llevan de vuelta a la versión del suicidio.
La situación de Castro no parecía tan desesperada. Pero sí le venían impidiendo ser colaborador eficaz. Aunque sí estaba gozando de libertad. Si hubo motivo para quitarse la vida, habría que buscarlo en otra parte. Salvo que perder en CIADI haya sido la antesala de males judiciales mayores.
Más allá de la polémica en curso, la muerte de Castro parece prestarse mucho más a una investigación policial que a una fiscal. Pues hay incongruencias que parecen salidas de una novela detectivesca clásica. Todo está por ser conocido y demostrado.

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).