Hasta nunca, Sodalicio, por Armando Hamel

 Distintos miembros del Sodalicio pedían subliminalmente la muerte del Papa Francisco para que así el proceso que este había iniciado contra ellos acabe y así poder solicitar al próximo Pedro que reponga a los sodálites expulsados el año pasado. 

A la cuarta votación, el Cónclave eligió como Papa a Robert Prevost, estadounidense nacionalizado peruano, quien adoptó el nombre de León XIV. Prevost es bastante conocido por quienes han cubierto el Caso Sodalicio, ya que fue el obispo de la Conferencia Episcopal Peruana más claro y contundente a la hora de condenar a la organización suprimida por el Papa Francisco.

Prevost fue el encargado de los temas de abuso de la Conferencia Episcopal después del escándalo propiciado por el libro Mitad Monjes, Mitad Soldados (Planeta, 2015), escrito por Paola Ugaz y Pedro Salinas, donde se denunció los abusos de distinta índole que ocurrían dentro del Sodalicio de Vida Cristiana. Desde ese espacio, remó contra los varios aliados del SCV entre los obispos peruanos, y organizó una reunión entre las autoridades de la Conferencia Episcopal y los sobrevivientes de la secta. Su intención era que sobrevivientes y obispos enviaran una misiva al Papa pidiendo que investigue y tome acciones en contra del Sodalicio. Lamentablemente, debido al rechazo que encontró dentro de la Conferencia Episcopal, esta carta nunca se materializó.

Sin embargo, Prevost fue un intermediario entre las victimas y la estructura de la iglesia peruana, sobre todo tras el nombramiento de Mons. Carlos Castillo como arzobispo de Lima, como reseña Pedro Salinas en Sin Noticias de Dios (2022, autopublicación). Se de primera mano que las víctimas y sobrevivientes del Sodalicio están tranquilas y felices con el nuevo Papa. Además, el Papa Francisco nombró a Prevost como encargado del Dicasterio para los Obispos, desde donde recomendó pedir la renuncia del obispo de Piura y Tumbes Jose Antonio Eguren Anselmi, miembro de la generación fundacional del Sodalicio, por encubrir los abusos de la organización de la que era parte y por estar vinculado a una mafia de tráfico de terrenos. Tras esto, la secta religiosa decidió concentrar esfuerzos en acabar con su enemigo.

Como parte de sus ataques, el Sodalicio y distintos portales católicos de derecha que han actuado como sus escuderos (Infovaticana, Alejandro Bermúdez, entre otros), revivieron una vieja denuncia de abuso sexual ocurrida en la Diócesis de Chiclayo, donde Prevost fue obispo durante varios años. A él se le acusaba de encubrir el abuso. ¿Qué ganaba con esta acusación el Sodalicio? Acusar de tener rabo de paja al obispo que acabó con su principal representante. Como señala un comunicado del obispado de Chiclayo del 10 de septiembre de 2024, las denuncias fueron presentadas en 2022, y tras una investigación previa donde se adoptó como medida cautelar la separación de la comunidad del sacerdote acusado, el mismo Robert Prevost elevó la denuncia al Dicasterio para la Doctrina de la Fe, encargada de investigar a fondo y sancionar este tipo de hechos en el Vaticano, la denuncia al día de hoy sigue abierta en el dicasterio.

Entonces, ¿dónde estaría el encubrimiento? El malabar mental inventado fue señalar que Robert Prevost, al prohibir a un sacerdote agustino de ejercer como abogado de las víctimas, estuviese encubriendo el abuso. Sin embargo, lo que ignoraron reportar estos medios, fue que dicho sacerdote (de apellido Coronado) tenía una prohibición de ejercer como abogado en tribunales eclesiásticos, debido a que estaba procesado en instancias eclesiales en el ámbito penal. Para más inri, Coronado es cercano a varios miembros de la vieja guardia sodálite, ya que compartieron aulas en la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo. Al haber ignorado este hecho y que fue el mismo Prevost quien elevó la denuncia a la instancia vaticana, queda clara la intención de fondo del Sodalicio y sus aliados de manchar la honra del verdugo de Eguren.

Estos ataques volvieron en los últimos días, supongo que el Sodalicio habrá escuchado que Prevost estaba entre los candidatos a Papa, lo cual los debe haber asustado. Y razón para que lo estén no faltaba. Distintos miembros del Sodalicio pedían subliminalmente la muerte del Papa Francisco para que así el proceso que este había iniciado contra ellos acabe y así poder solicitar al próximo Pedro que reponga a los sodálites expulsados el año pasado. Sin embargo, habrán contemplado que Prevost, quien como miembro de la Conferencia Episcopal Peruana y como autoridad vaticana había enfrentado a la organización fundada por Luis Fernando Figari, no iba a escuchar sus plegarias.

A nivel de la postura contra los abusos clericales y casos de pederastia dentro de la Iglesia, se puede esperar lo mismo del nuevo Papa León XIV que de Francisco: una lucha frontal en contra de la impunidad y a favor de la justicia y reparación a las víctimas y sobrevivientes. Con esto dicho, solo queda confirmar que la secta religiosa seguirá suprimida. Hasta nunca Sodalicio.

Columnista invitado

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Columnista invitado. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.