Lotes de Talara rumbo a 60 años de privatización, por Carlos Bessombes

"Pagamos uno de los combustibles más caros en la región; mientras el Perú transita a paso de tortuga a energías más limpias".

Entre octubre 2023 y mayo 2024 caducan los contratos de un grupo de lotes petroleros ubicados en Talara. Ello luego de casi 30 años de la privatización fujimorista, proceso que prometió elevar la producción petrolera del país, pero que, a la luz de las cifras, tuvo un resultado contrario.

La producción petrolera del país –es decir, sin Camisea– en las últimas tres décadas ha declinado a su tercera parte, trayendo consigo costos que son asumidos por todos los consumidores. Al cierre del 2022, la balanza comercial de hidrocarburos es deficitaria en más de US$4.000 millones, motivo por el cual pagamos uno de los combustibles más caros en la región: golpe directo al bolsillo, mientras el Perú transita a paso de tortuga a energías más limpias.

El Ejecutivo, desde Pedro Castillo hasta Dina Boluarte, ofreció la reversión, una vez concluidos sus contratos, de estas operaciones en etapa de explotación –sin riesgo– al país, a través de su empresa estatal Petroperú.

Sin embargo, esta voluntad ha sido doblegada, pues aquello que se anunció con firmeza (el 100% de los lotes de Talara con contratos a expirar para Petroperú) fue desterrado, y hoy el Gobierno sostiene que la petrolera ingresará por la ventana, y no como titular, a estos lotes. Para tal fin, la agencia estatal Perupetro lanzará un concurso internacional en donde Petroperú tendrá alguna participación minoritaria, jamás como operador y titular.

Mientras el país adolece de seguridad e independencia energética –un claro ejemplo es la constante interrupción en el suministro de GLP, tema que será abordado en una siguiente columna– desde el Congreso a través de su comisión de Energía y Minas, se aprobó un dictamen multipartidario que enmienda la plana al Ejecutivo, debido a que otorga a Petroperú la posibilidad de seleccionar los mejores lotes para operarlos solo o en asociación.

En esa medida, quedará en manos del Pleno del Congreso si extiende la privatización de los recursos estratégicos del Estado por 60 años en total, o recupera algo de independencia y soberanía energética.

La razón principal para que Petroperú recupere un volumen importante de ese petróleo es asegurar el suministro para la Nueva Refinería de Talara (NRT), pero a precio de producción entre US$35 y US$40, y no a precio internacional que hoy se encuentra arriba de los US$70, pero que puede dispararse coyunturalmente a más de US$120 como ocurrió cuando Rusia invadió a Ucrania. La NRT, como bien acaba de aclarar Fitch, de ingresar a plena capacidad en los próximos meses, no solo será autosostenible (como siempre se ha sostenido) sino que podría resolver los problemas de flujo de efectivo de Petroperú.

En ese sentido, el ingreso a los lotes petroleros de Talara le permitirá a Petroperú, con mayor razón, integrarse en todos los eslabones de la cadena petrolera, pues desde hace casi 30 años está fraccionada, y que por tanto compite en desigualdad de condiciones en el mercado de los hidrocarburos, y aun así ha sido por años la empresa número uno en ventas. El mito está próximo a caer.

larepublica.pe
Carlos Bessombes

Editor de la sección de Economía. Periodista de la Universidad de San Martín de Porres, con más de 15 años de experiencia, con especialización en temas minero energéticos. Dos veces ganador del concurso periodístico Ramón Remolina Serrano de la Cámara de Comercio de Lima. Cuenta con un Diplomado en Comunicación, Periodismo y Sociedad en la Universidad Esan.