Fuertes lluvias desde este jueves 28 de marzo

El médico de la fe

“El padre Roger no para. Lo veo en misa en Facebook y lo veo en sus oraciones. Sin él, esta columna no se hubiera escrito”.

Así como existen los comités comunitarios para la salud desde el barrio, igual, en Chimbote, el sacerdote Juan Roger Rodríguez contacta a Jesús para salvarnos de la peste. “Padre Roger”, le dicen. Y se queja y con razón: “No nos hemos detenido ante las llamadas del Señor, ni despertado ante las guerras e injusticias del mundo; no hemos escuchado el grito de los pobres ni el lamento de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”.

Al padre Roger lo conocí en la catedral de Nuevo Chimbote. Lo entrevisté para un libro que hicimos en ese distrito y desde ya fuimos amigos. Él anda cuidando a tanto enfermo ahora. Y tiene esa cura importante que se ocupa del lado de la fe. Y yo le agradecí porque cuando se enteró de mi contagio, rezó a los gritos para que me cure.

Allá, en Chimbote, la peste sigue pegando con fuerza. Y viene el rebrote del Covid-19 y él sigue reforzando su discurso para detener el mal. En su último artículo “La iglesia en el mundo post pandemia”, describe la situación social de una iglesia comprometida con los humildes, los hijos del Señor.

Ayer lo llamé. Estaba agitado. Es que el padre Roger no para. Lo veo en misa en Facebook y lo veo en sus oraciones. Sin él, esta columna no se hubiera escrito.

La República

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