Trump presiona a México por crisis del fentanilo, mientras que Sheinbaum propone cooperación y no invasión

Donald Trump volvió a agitar las relaciones bilaterales al exigir a México una respuesta más agresiva contra el narcotráfico. En un mensaje dirigido a Claudia Sheinbaum, propuso permitir la incursión de tropas estadounidenses en territorio mexicano para desmantelar laboratorios donde se elabora fentanilo. Su exigencia despertó polémica, no solo en México, sino también en sectores políticos de Estados Unidos.

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, respondió con claridad. Negó cualquier posibilidad de intervención armada extranjera y planteó una alternativa basada en la colaboración. A través de un comunicado oficial, propuso establecer una mesa de trabajo conjunta entre ambos gobiernos para atender la crisis del fentanilo. La mandataria enfatizó que México enfrentará al crimen organizado, pero sin comprometer su soberanía.

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Tensiones por intervención militar en México

Durante un evento reciente, Trump arremetió contra los cárteles mexicanos y acusó al gobierno de no controlar la producción de fentanilo. En su discurso, insistió en que la única solución efectiva radica en permitir que el ejército estadounidense actúe directamente dentro de México. La propuesta incluye operaciones dirigidas contra laboratorios clandestinos y rutas de distribución de drogas.

Trump ha intentado imponer una estrategia unilateral que desconoce los principios de respeto mutuo y cooperación internacional. Para Sheinbaum, permitir una intervención militar en México sería un acto de subordinación, por lo que ofreció una alternativa enfocada en el trabajo conjunto y el intercambio de información estratégica entre agencias de ambos países.

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Fentanilo, crisis compartida entre Estados Unidos y México

El fentanilo se ha convertido en el epicentro de una emergencia sanitaria en Estados Unidos. Esta sustancia, hasta 100 veces más potente que la morfina, ha dejado una estela de adicciones y muertes. Las autoridades estadounidenses identifican a México como país de tránsito y producción de esta droga, particularmente en estados del norte donde operan cárteles con alta capacidad logística.

Sheinbaum reconoció la gravedad del problema, pero también subrayó que México enfrenta sus propias consecuencias del narcotráfico: violencia, corrupción y debilitamiento institucional. Por ello, planteó un enfoque binacional que incluya campañas de prevención, decomisos coordinados y control del tráfico de armas que ingresan ilegalmente desde Estados Unidos. Según su visión, la lucha contra el fentanilo no puede centrarse solo en operativos militares, sino en soluciones estructurales.

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Comercio, seguridad y soberanía entre ambos países

Además de exigir intervención directa, Trump amenazó con imponer aranceles a productos mexicanos si el nuevo gobierno no responde con firmeza al narcotráfico. La advertencia despertó inquietud en sectores empresariales que dependen del comercio entre ambos países. México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y un aumento de impuestos aduaneros afectaría cadenas de suministro binacionales.

Frente a este panorama, Sheinbaum reiteró que México no cederá ante presiones. Aclaró que su administración mantendrá el diálogo con Washington, pero siempre bajo condiciones de igualdad. Aseguró que el país está dispuesto a fortalecer los mecanismos de cooperación en materia de seguridad, pero sin aceptar imposiciones que vulneren su integridad territorial. La presidenta electa apuesta por una relación firme, respetuosa y orientada a resolver las causas profundas del tráfico de drogas.