Veterano de guerra en Vietnam agradece por ser ejecutado con inyección letal: "Los veo en el otro lado"
Richard Gerald Jordan fue sentenciado por el feminicidio y secuestro de un ama de casa y madre de dos niños en 1976.
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Richard Gerald Jordan, veterano que participó en la guerra de Vietman, fue ejecutado este 25 de junio en Mississippi con el método de la inyección letal. Jordan había sido sentenciado a muerte en 1976 por el feminicidio y secuestro de Edwina Marter, ama de casa y madre de dos pequeños.
Antes de morir, el hombre de 79 años pidió perdón a la familia de la agraviada, quienes no asistieron al suceso. Afirmaron que no estaban dispuestos a escuchar sus disculpas: "Debería haber sucedido hace mucho tiempo. No me interesa darle el beneficio de la duda", fueron las palabras de Eric, quien tenía 11 años cuando todo sucedió.
Jordan agradeció la ejecución con inyección letal
Richard G. Jordan, el preso con más años de condena en el estado de Mississippi, agradeció habérsele concedido la ejecución con inyección letal, y calificó esta medida como "humanitaria". Además, antes de fallecer, pidió disculpas a la familia de Edwina Marter, a quien secuestró y asesinó en 1976. "Primero, quiero agradecer a todos por la forma humana en que actuaron. Quiero disculparme con la familia de la víctima", dijo.
Finalmente, se dirigió a los presentes y afirmó que: “Los veré en el otro lado, a todos ustedes”. Jordan fue declarado muerto a las 6.00 p.m. de este miércoles, luego de permanecer en el 'corredor de la muerte' durante casi 50 años. Su última comida consistió en clásicos de comida rápida que lo ayudaron a combatir el calor mientras llegaba la hora de su ejecución, según indica el New York Post.
Sentenciado fue diagnosticado con trastorno de estrés postraumático
Richard G. Jordan fue diagnosticado con trastorno de estrés postraumático severo, tras su participación en la guerra de Vietnam, aunque esto no fue considerado durante el proceso legal, según afirma su abogada. Además, añade que esto dificultó los cuatro juicios y el sinfín de apelaciones que vinieron después, ya que tampoco se le concedió "un profesional de salud mental".
“Nunca se le concedió lo que la ley le ha dado durante mucho tiempo: un profesional de la salud mental, independiente de la fiscalía que pueda asistirlo en su defensa. Por ello, su jurado nunca tuvo conocimiento de sus experiencias en Vietnam”, indicó su representante, Krissy Nobile.
Asimismo, en una petición enviada al gobernador republicano Tate Reeves por parte del presidente del Instituto Nacional de Justicia Militar se puede leer que “su servicio en la guerra, su trauma de guerra, se consideraron irrelevantes en su juicio por asesinato. Sabemos mucho más que hace 10 años, y ciertamente durante la guerra de Vietnam, sobre el efecto del trauma de guerra en el cerebro y cómo este afecta las conductas actuales”. Con esto esperaba apelar a su diagnóstico y conseguir el indulto.
Familia de la agraviada no asistió a la ejecución
Antes de fallecer, el sentenciado Richard G. Jordan se dirigió a todos aquellos afectados por su crimen para pedir disculpas. Sin embargo, la familia de la agraviada no estuvo presente. Eric, su hijo, quien en ese entonces tenía 11 años, indicó que no le interesaba escucharlo, además de no creer en su diagnóstico mental. "Sé lo que hizo. Quería dinero y no podía llevársela (...) así que hizo lo que hizo", sentenció.
Según informaciones, en enero de 1976, Jordan llamó al Gulf National Bank en Gulfport, y pidió hablar con un agente de préstamos. Luego de escuchar el nombre de Charles Marter, colgó el teléfono y buscó su dirección en la guía telefónica. Fue a su casa y secuestró a su esposa, por la que más tarde pediría US$25.000, a pesar de ya haberle disparado.





















