Organización MASS 50-501 marchó en Boston por la defensa de inmigrantes y justicia en EEUU: "No ICE, no al odio"
El lunes 26 de mayo, cientos de personas marcharon en Boston para exigir parar las deportaciones y proteger los derechos de inmigrantes.
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La ciudad de Boston fue escenario de una emotiva jornada de protesta este fin de semana. Bajo el lema "No ICE, no al odio", decenas de organizaciones y ciudadanos se unieron en una marcha para exigir el fin de las deportaciones y un trato más justo y humano para los inmigrantes en Estados Unidos. La movilización fue organizada por la coalición MASS 50-501, un grupo comprometido con los derechos humanos y la justicia social.
Entre banderas, pancartas y cánticos, los manifestantes recorrieron las calles con un mensaje claro: las políticas migratorias actuales generan temor, dividen familias y atentan contra los principios de dignidad y respeto. Para muchos de los asistentes, la lucha es personal: viven a diario el riesgo de ser separados de sus seres queridos o deportados de un país que también consideran su hogar.
Rechazo a las políticas de deportación en Boston
La marcha no solo fue una muestra de unidad, sino también una denuncia contra las redadas migratorias que ejecuta el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas). Organizaciones como MIRA (Massachusetts Immigrant and Refugee Advocacy Coalition) advirtieron sobre el creciente temor que estas acciones están generando en vecindarios enteros. Padres que temen no volver a casa, jóvenes que evitan salir por miedo a ser detenidos, comunidades enteras que se sienten acosadas.
“Esto no es justicia. Estamos hablando de personas, de familias, de sueños que se ven aplastados por políticas inhumanas”, expresó una manifestante. El mensaje que resonó a lo largo del evento fue claro: las personas inmigrantes no deben ser tratadas como delincuentes por buscar una vida mejor.
Boston reafirma su compromiso como ciudad santuario
La ciudad de Boston, conocida por su espíritu progresista, ha sido durante años una ciudad santuario: un lugar donde se limita la colaboración de la policía local con las autoridades migratorias. Y esa postura fue reafirmada en la marcha. La alcaldesa Michelle Wu y otros líderes locales han declarado que Boston seguirá siendo un refugio seguro para quienes lo necesitan.
Los organizadores destacaron que es momento de ir más allá de las palabras. Pidieron que se fortalezcan las políticas de protección, que se escuche a las comunidades y que se asegure que ningún niño tenga que vivir con el miedo de perder a sus padres. El mensaje fue de esperanza, pero también de resistencia: "No estamos solos y no vamos a callar"


















