La polémica propuesta de ley de una legisladora en Florida que pondría en mayor riesgo de deportación a inmigrantes indocumentados
Propuesta en Florida inquieta a activistas por posibles medidas restrictivas contra inmigrantes y aumento de controles migratorios.
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La senadora Ashley Moody ha puesto sobre la mesa un proyecto de ley que podría cambiar profundamente la forma en que los estados manejan la migración. Bajo el nombre de “Ley de Remoción Acelerada de Extranjeros Criminales”, la propuesta busca dar más poder a gobiernos estatales, como el de Florida, para identificar y expulsar a inmigrantes indocumentados que tengan antecedentes penales o vínculos con pandillas o grupos peligrosos, como el Tren de Aragua. Para Moody, se trata de una medida necesaria ante lo que considera una creciente amenaza a la seguridad de las comunidades.
En entrevistas recientes, la senadora ha señalado que su iniciativa nace del deseo de llenar los vacíos que, según ella, ha dejado la administración federal en el control migratorio. Su propuesta permitiría a los estados trabajar directamente con las autoridades de inmigración, acelerando procesos de deportación sin tener que depender por completo del gobierno central. La idea, asegura, es dar una respuesta más ágil a los desafíos que plantea el crimen organizado y reforzar la protección a los ciudadanos.
Preocupación entre defensores de derechos civiles e inmigrantes
Diversos grupos han advertido que esta ley podría facilitar deportaciones sin el debido proceso, afectando incluso a personas que ya han cumplido condenas o que enfrentaron cargos menores en el pasado. Temen que la iniciativa refuerce prejuicios negativos, asociando automáticamente a la población inmigrante con el crimen.
Abogados y expertos en derecho constitucional también han alzado la voz, señalando posibles conflictos legales entre las competencias de los estados y las autoridades federales. De aprobarse, la ley podría sentar un precedente problemático al permitir que los gobiernos estatales intervengan en procesos que tradicionalmente han estado bajo control federal, generando tensiones jurídicas y políticas a nivel nacional.
La política migratoria como herramienta electoral
La iniciativa de Moody también ha sido interpretada por muchos analistas como un movimiento estratégico con fines electorales. En un escenario político cada vez más dividido, algunos ven este proyecto como una forma de consolidar el respaldo de sectores conservadores que priorizan políticas migratorias más estrictas. La propuesta llega en un momento en que la migración es uno de los temas centrales del debate público en Estados Unidos.
Sin embargo, críticos de la ley advierten que, más allá del cálculo político, las consecuencias reales podrían ser graves para comunidades enteras. Temen que se aplique de forma indiscriminada, afectando a personas que llevan años en el país y que han intentado rehacer sus vidas, incluso tras cumplir sus penas. La preocupación se centra en que, bajo el pretexto de reforzar la seguridad, se terminen vulnerando derechos fundamentales.



















