La torre Chrysler, el icónico edificio de Nueva York que nació de una fuerte rivalidad entre sus arquitectos en EE. UU.
Con 77 pisos y 319 metros de altura, el Chrysler Building fue el edificio más alto del mundo durante 11 meses antes de ser superado por el Empire State Building, simbolizando la era dorada de la arquitectura.
La Torre Chrysler, un ícono del skyline de Nueva York, es el resultado de una feroz competencia entre dos arquitectos. Este rascacielos, inaugurado en 1930, no solo marcó un hito en la arquitectura, sino que también simboliza la ambición y la creatividad que caracterizaron la era dorada de la ciudad.
Con 77 pisos y 319 metros de altura, el Chrysler Building fue el edificio más alto del mundo durante 11 meses, hasta que el Empire State Building lo superó. Sin embargo, su historia está marcada por la rivalidad entre William van Alen y Harold Craig Severance, quienes lucharon por el título de la estructura más alta, lo que impulsó la creación de esta obra maestra del estilo Art Decó.
La Torre Chrysler de noche: RPP
La rivalidad entre Van Alen y Severance
La competencia entre William van Alen y Harold Craig Severance comenzó en 1914, cuando ambos arquitectos formaron una sociedad con la esperanza de llevar a cabo grandes proyectos. Sin embargo, las tensiones surgieron rápidamente, especialmente cuando Van Alen comenzó a recibir el crédito por los diseños más destacados. Un artículo publicado en 1924 que exaltaba las virtudes de Van Alen fue el detonante que llevó a la ruptura de su sociedad, resultando en una batalla legal por los clientes.
Los periodistas Greg Young y Tom Meyers, en su podcast “The Bowery Boys”, relatan que Severance, un hábil negociador, se sentía eclipsado por el talento de diseño de Van Alen. Esta lucha de egos y la búsqueda de reconocimiento fueron factores clave en la creación del Chrysler Building, que se erigió como un símbolo de la ambición arquitectónica de la época.
El diseño innovador del Chrysler Building
El diseño del Chrysler Building, concebido por Van Alen, fue revolucionario. Con un enfoque en la estética y la funcionalidad, el uso de acero inoxidable en la cúpula y la ornamentación inspirada en la industria automotriz le otorgaron un carácter distintivo. La corona del edificio, con sus niveles decrecientes y ventanas triangulares, no solo lo hizo destacar, sino que también reflejó la creciente importancia de la industria automotriz en Estados Unidos.
La competencia se intensificó cuando Severance anunció que su torre en Wall Street tendría un faro, lo que lo colocaría por encima de los 270 metros. En respuesta, Van Alen ideó una estrategia secreta: una aguja retráctil que se desplegaría al finalizar la construcción del Chrysler Building, asegurando así su título como el rascacielos más alto del mundo.
Un símbolo de la era dorada de Nueva York
Inaugurado en 1930, el Chrysler Building se convirtió en un emblema de la prosperidad de Nueva York durante la década de 1920. A pesar de su breve reinado como el edificio más alto, ha perdurado como una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, siendo declarado monumento desde 1978. Su elegante diseño Art Decó y su historia de rivalidad lo han consolidado como un símbolo de la era dorada de los rascacielos.
La construcción del Chrysler Building coincidió con el crash de 1929, un evento que marcó el inicio de la Gran Depresión. A pesar de la incertidumbre económica, el edificio se mantuvo como un testimonio de la ambición y la creatividad de la época, recordándonos que la competencia puede dar lugar a algunas de las obras más grandiosas de la historia.
