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Elecciones

Martín Tanaka: “¿Uno encuentra una maquinaria que pueda armar un fraude? No hay ninguna prueba”

Entrevista al politólogo e investigador del Instituto de Estudios Peruanos, quien sostiene que es poco responsable hablar de fraude sin pruebas concluyentes. “Corremos el riesgo de que esto quede como un precedente y que se convierta en práctica a futuro de todos los grupos políticos”, advierte.

Lectura. Para Tanaka, la hipótesis del fraude responde más a desesperación que a hechos. Foto: difusión
Lectura. Para Tanaka, la hipótesis del fraude responde más a desesperación que a hechos. Foto: difusión

Desde Fuerza Popular se ha insistido en la narrativa de un presunto fraude perpetrado en las elecciones del domingo pasado. En la siguiente entrevista, el politólogo Martín Tanaka responde –desde su punto de vista– hasta qué punto esta teoría es verosímil o no. “No hay ninguna prueba, ningún indicio”, indicó.

¿Se puede hablar de un fraude en la elección del domingo seis?

Yo creo que no. Es poco responsable hablar de fraude sin tener pruebas concluyentes. Ciertamente, irregularidades hay, ¿no? Han votado casi 19 millones de personas, 84 mil mesas, y si uno se pone a mirar acta por acta va a encontrar cosas “raras”, así, entre comillas: que está mal llenada, que la firma no se parece, y cosas de ese tipo. La pregunta sería: ¿uno encuentra una maquinaria que pueda armar una operación fraudulenta? Y, realmente, no hay ninguna prueba, ningún indicio que apunte a que algo así estaría ocurriendo. Y los hechos lo están demostrando.

¿Qué hechos?

Se decía que hay muchas actas observadas y sesgos en la observación de las actas. Bueno, el Jurado Nacional de Elecciones ha seguido procesando esas actas y los votos se han seguido contando, sin consecuencias. A estas alturas, el resultado ya parecer ser claro. Los temores han sido muy infundados y lamentablemente alentados por algunos sectores para enturbiar el proceso, y eso se termina expresando con gente en la casa del presidente del JNE, aparentemente convencidos de que hay fraude cuando, repito, no hay evidencia que permita sostener eso.

¿Es el miedo que provoca una posible victoria de Castillo lo que ha disparado esta hipótesis del fraude?

Sí. Lo que apunta es muy cierto. Toda esta discusión del fraude revela que para el fujimorismo y los sectores asociados a él les cuesta mucho reconocer la derrota…

Procesar una tercera derrota consecutiva.

Exacto, y es entendible. Sin embargo, uno esperaría pues un poco más de cabeza fría. Finalmente, se podría decir que es comprensible pero, como dice usted, lo que se expresa en el fondo es el temor a Castillo, parte fundado y otro infundado. Como criticamos la reacción destemplada de algunos sectores vinculados con el fujimorismo, hay que decirle al señor Castillo que sea consciente de los temores que genera y dé señales que permitan bajar la tensión y dar tranquilidad. El país no puede seguir con este nivel de nerviosismo durante cinco años más.

Hablando de nerviosismo, se notó claramente eso el viernes, cuando se pensaba que el JNE iba a permitir ampliar la fecha para presentar las anulaciones. La situación es muy tensa.

Sí. Por el hecho de que la diferencia es bien estrecha y porque el candidato Castillo tiene un perfil que despierta suspicacias, es que estamos viviendo esto. El riesgo es muy grande, de seguir con esta dinámica de confrontación. La gobernabilidad del próximo presidente se pone en cuestión si seguimos en este plan.

¿El gobierno ha sido neutral?

Sí. No hay ninguna razón para pensar que el gobierno ha intervenido en un sentido o en otro. Las críticas de que el presidente Francisco Sagasti habría hecho eso son fruto de la tensión, del nerviosismo o del miedo antes que de evidencias concretas.

¿Se puede alegar que es democrático pretender anular la votación de tantos miles de peruanos?

No, no. Una cosa es tener algún indicio razonable de que ha habido alguna irregularidad y presentar un reclamo y otra muy diferente es desarrollar una estrategia para quitarle votos al adversario. ¿Y qué hago? Voy a los lugares en donde mi rival tiene más votos y voy a buscar cualquier pretexto para impugnar. Claro, legalmente está permitido. Uno puede presentar todos los reclamos que quiere, pero no es una conducta democrática. No hay ninguna prueba. Es solamente una estrategia para arrancarle votos a tu contrincante. Uno escucha al abogado de Fuerza Popular, el señor Castiglioni, y él en la conferencia de prensa reconoció explícitamente que no tenía pruebas. Dijo que como los votos se destruyen y solo quedan las actas, no puede probar fraude. Me parece que eso es de una irresponsabilidad tremenda. Y lo ha dicho explícitamente…

Sí, lo dijo. Es verdad.

Bueno, y corremos el riesgo de que esto quede como un precedente y que se convierta en práctica a futuro de todos los grupos políticos. Afortunadamente, los próximos días van a demostrar que todos estos alegatos carecían de fundamento. Insisto, Castiglioni dice que “en algunos lugares del país”, “en la serranía”, hay una diferencia abrumadora de votos del rival y que FP no tiene ninguno, pero que como los votos se destruyen no hay pruebas. Es impresionante que el propio abogado de FP reconozca que no tiene cómo probar lo que está diciendo. Y lo que habría que decirle es que los miembros de mesa se eligen por sorteo. Esa es la mayor garantía de imparcialidad. Y como recordaba Fernando Tuesta, en una entrevista, ese sorteo se hizo antes de la primera vuelta.

Cuando nadie sabía quién iba a llegar a la segunda.

¿No es cierto? No tiene lógica el reclamo. Lamentablemente, es más muestra de nerviosismo, de desesperación, que de indicios concretos.

La elección demuestra un país dividido. ¿Qué puede ocurrir a partir de ahora?

Si se confirma la victoria de Castillo, este tiene que asumir que tiene que ser el presidente de todos los peruanos, no solo de la mitad que votó por él. Es decir, también tiene que ser presidente de la mitad que está muy nerviosa y tiene mucho miedo, en parte con fundamento, porque no ha sido claro. O peor aún, cuando ha sido claro, ha dicho cosas que despiertan esos temores. Es cierto que luego ha tratado de corregir, sin embargo, tiene que dar señales que apunten a bajar la tensión, a tender puentes porque, de otra forma, no le va a ser posible gobernar cinco años. Vamos a repetir la dinámica de confrontación que hemos vivido en el último tiempo. Y del otro lado, FP tiene que entender que no puede hacer el tipo de oposición que le hizo a Pedro Pablo Kuczynski. Tiene que ser una oposición institucional.

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Profesión; periodista. Doctor por la Universidad de Salamanca (Instituto de Iberoamérica).