América Latina: participación de las mujeres en el mercado laboral se incrementó en 5,7%
En 2021, tanto hombres como mujeres retornan al mercado laboral pero la recuperación aún no alcanza los niveles de pre-pandemia, según la OIT.
La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 en los mercados laborales de América Latina y el Caribe impactó en mayor medida a las mujeres, y ha colocado a la región frente al desafío de enfrentar un retroceso sin precedentes de la igualdad de género en el trabajo, destacó una publicación técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Se destaca que la tasa de participación regional de las mujeres que rondaba 41% a comienzos de los años 1990 había subido en forma constante hasta 52,3% en 2019 (promedio de los primeros tres trimestres). En 2020, en ese mismo período bajó a 47%, aunque ese año el promedio regional llegó a estar en 43%.
En 2021, la tasa de participación registró una recuperación insuficiente, pues subió hasta 49,7%, 2,5% por debajo de los niveles pre-pandemia. La variación interanual entre 2020 y 2021 alcanza los 5,7% de recuperación.
Captura: Informe de OIT
Al mismo tiempo, al tercer trimestre de 2021 la tasa promedio de desocupación de las mujeres es de 12,4%, la misma de 2020, lo que es un signo de que no ha habido una mejoría, y que debe bajar en forma importante para regresar al 9,7% de 2019. Está por encima de la tasa general de desocupación, de 10%, y del 8,3% de la tasa de los hombres.
El análisis de OIT dice que las medidas adoptadas para atender la emergencia sanitaria, como el cierre de los centros educativos y de cuidados en forma generalizada, tuvieron un impacto negativo en la participación laboral femenina.
A ello se agregó que los sectores de actividad donde más impactaron las medidas de aislamiento social (comercio, restaurantes y hoteles, y actividades de esparcimiento entre otros) son intensivos en mano de obra femenina.
A su vez, el impacto fue mayor en el empleo informal y en las micro, pequeñas y medianas empresas donde también predomina el empleo femenino. El trabajo doméstico, en el que el 91% del empleo es femenino y el 72% es empleo informal, se vio afectado por una pérdida considerable de puestos de trabajo.
PUEDES VER: OIT: falta recuperar 4,5 millones puestos de trabajo perdidos por la pandemia en América Latina
“La pandemia agudizó desigualdades estructurales existentes. Las mujeres rurales, las jefas de hogar con niñas y niños pequeños, aquellas de menos formación y educación, mujeres indígenas y afrodescendientes han sido más afectadas. Las brechas de género, tanto en la participación como en los ingresos, son persistentes en las mujeres con menores ingresos y menor nivel educativo”, comentó la especialista regional en economía laboral de OIT, Roxana Maurizio.
El estudio de OIT realiza un análisis de políticas y medidas del mercado laboral que han buscado contribuir a la mitigación de los efectos perniciosos de la pandemia y a la recuperación, con un enfoque específico en aquellas que consideran una perspectiva de género.
“Las consideraciones sobre igualdad de género deben ser un componente intrínseco del diseño, la elaboración, la aplicación y el análisis de los resultados de la totalidad de programas y estrategias, políticas, leyes y reglamentos implementados durante la pandemia y en la etapa de recuperación”, según la OIT.
Además señala que no se deben retirar en forma anticipada las medidas de estímulo sectorial para consolidar la recuperación, especialmente en sectores con una proporción mayoritaria de mujeres trabajadoras. Tampoco deben retirarse las medidas de transferencias de ingresos o ayudas en especie para garantizar las condiciones mínimas que permitan sostener el crecimiento del empleo.
El documento añade que la inversión en cuidados es fundamental tanto para la generación de empleo de calidad como para la inserción plena de las mujeres en el mercado laboral. El fortalecimiento de las capacidades de las mujeres para desarrollar sus condiciones para la empleabilidad, y la reconversión y adaptación de las capacidades para ingresar al mundo de la economía digital resultan clave en la recuperación con perspectiva de género.