Ludopatía en el fútbol
El escándalo de las apuestas deportivas en Italia, que involucra a varios seleccionados, ha despertado una pregunta: ¿son los futbolistas más proclives a volverse adictos a este tipo de juegos de azar?
Todo comenzó por aburrimiento. Nicolò Fagioli (22), una de las jóvenes promesas del fútbol italiano, dice que se sumergió en el mundo de las apuestas deportivas por aburrimiento, en los tiempos muertos de la concentración de la selección Sub-21 de su país, hace un par de años.
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Fue un amigo suyo, Sandro Tonali, otra joya de la selección azzurra, quien le sugirió que se inscribiera en un sitio de apuestas clandestinas. Fagioli dice que empezó apostando en partidos de tenis, pero que rápidamente le cogió el gusto a este tipo de juegos de azar.
Por entonces jugaba en la Cremonese, club de la segunda división italiana. Ganaba un millón de euros al año. Su futuro era prometedor.
Al año siguiente ya era centrocampista titular en la Juventus. Fagioli les contó a las autoridades deportivas italianas que apostaba todos los días, en todo tipo de competencias, aunque juró que nunca lo hizo en los partidos de la Cremonese ni en los de la Juventus.
Para setiembre de 2022 ya debía 250.000 dólares a las plataformas. El talentoso volante no dejaba de apostar, con la esperanza de recuperar dinero y reducir sus deudas. Dice que en una ocasión llegó a perder 3 millones de euros, tres veces la suma que ganaba anualmente.
Fagioli le contó a su madre de su problema y juntos acudieron al servicio italiano de tratamiento de las adicciones. Pero lo dejó después de algunas semanas, “por la ilusión de que no lo necesitaría”. Pensaba, como todo adicto, que podía controlarse solo. Y se equivocó.
El joven futbolista tocó fondo en abril de este año, en un partido de la Juventus ante el Sassuolo. Fagioli cometió varios errores –uno de ellos le costó el gol de la derrota a su equipo– y fue cambiado. “Comencé a llorar cuando me senté en el banquillo, pensando en mis deudas y mis problemas con las apuestas”, contó.
LUDÓPATAS. Nicolò Fagioli y Sandro Tonali han admitido ser adictos a las apuestas deportivas.
Estaba asustado. Los jefes de las casas de apuestas lo habían mandado amenazar. “Me decían ‘te vamos a partir las piernas si no pagas lo que debes’ (…) Por la noche dejaba de dormir”, relató. Como su madre vigilaba sus cuentas, les pedía prestado dinero a algunos compañeros. También iba a Milán y compraba relojes que luego entregaba como parte de pago a sus acreedores. Su vida era un tormento.
Las actividades de Fagioli se descubrieron hace unos días, cuando las autoridades italianas se dieron con la sorpresa de que se había reunido con un individuo al que venían investigando por las apuestas clandestinas. El volante de la Juve lo admitió todo. En Italia, los jugadores están prohibidos de apostar en eventos de fútbol local o internacional, bajo pena de ser suspendidos y recibir una cuantiosa multa.
Fagioli involucró a Sandro Tonali y este también fue interrogado. El exvolante del Milán, hoy en el Newcastle inglés, también confesó que sufría de ludopatía como su compañero y que había apostado en partidos de fútbol, incluidos los de su antiguo club.
Según algunos medios italianos, los futbolistas involucrados en las apuestas ilegales podrían superar el medio centenar. Por lo pronto, Fagioli ya recibió una sanción: no podrá jugar durante siete meses, pagará una multa de 12.500 euros y tendrá que dar una decena de charlas públicas contra los peligros de la ludopatía. Tonali y otros deportistas investigados seguirían el mismo camino.
Ahora la preocupación que se ha instalado es que la adicción a los juegos de azar se esté diseminando entre los futbolistas, no solo en Italia sino en el resto del mundo.
Gianfranco Chiappe, experto en adicciones de CEDRO, cuenta que en el Perú se han incrementado los casos de personas adictas a las apuestas deportivas. Por ejemplo, en su servicio de atención, este número se ha cuadruplicado. Sin embargo, dice que no es algo masivo, al menos no todavía. ¿Si un futbolista es más proclive a la ludopatía? El especialista dice que no necesariamente. Lo son las personas con problemas de regulación emocional y pocas habilidades sociales. Si un jugador encaja en ese perfil, es posible que caiga en este problema.