Domingo

Phillip Chu Joy: El rey de los sorteos 2.0

Es el influencer de tecnología más carismático y seguido en las redes sociales. Su comunidad suma 2,5 millones de seguidores y se ha hecho famoso por sus generosos sorteos. Regala smartphones, consolas de videojuegos, televisores y hasta autos. 

El influencer gamer en el almacén donde guarda los artefactos tecnológicos que sorteará entre sus suscriptores. Foto: Antonio Melgarejo / La República
El influencer gamer en el almacén donde guarda los artefactos tecnológicos que sorteará entre sus suscriptores. Foto: Antonio Melgarejo / La República

Tres, dos, uno. Phillip Chu Joy (Estados Unidos, 1988) posa para la foto. ¡Hooolaaa! Abre los brazos, agranda los ojos como platos y congela ese gesto de asombro tan suyo. Es el mismo que pone cada vez que muestra los regalos de sus sorteos, ya sean unos frugales audífonos o un auto cero kilómetros. Estamos en el lugar secreto del influencer de tecnología que más la está rompiendo. El que, en 2022, generó tal cantidad de reacciones en las redes sociales que figuró en un ranking junto a Shakira o Messi. El ‘chinito’ que se ha vuelto famoso por regalar autos a sus seguidores; el talentoso chico de madre francesa y padre peruano con ascendencia china, que se asentó en Perú cuando niño.

Phillip nos deja entrar al espacio donde guarda los premios que obsequia, al ‘arca’ de artefactos tecnológicos que cualquier gamer o geek como él sabría apreciar (y codiciar). Hay MacBooks, consolas de PlayStation, Legos, iPhones. “Aquí hay premios para un mes, regalo nueve por semana”, dice Phillip vistiendo la camisa a cuadros que ha hecho su uniforme. Si Mark Zuckerberg usa el mismo polo gris para no gastar tiempo decidiendo qué ponerse, por qué no lo haría Chu Joy, que parece ser un hombre tan ocupado como el fundador de Facebook.

“Anoche dormí tres horas”, comenta, subrayando que tiempo es lo que le falta. Se acostó tarde después de haber asistido como ponente a la Cumbre APEC de emprendedores. Se despertó a las 2 a. m. porque aún tiene jet lag. Hace unos días volvió de China, a donde fue invitado por la marca Oppo para visitar su fábrica de celulares en Shan Zen, y su cerebro seguía en el continente asiático, donde eran las 3 p. m. Muy temprano narró para radio Disney sus cápsulas semanales de contenido variado: la última película, un descubrimiento científico, la recomendación de un videojuego. Apenas le alcanzó tiempo para desayunar, pues tenía una reunión en Promperú. LEP Game Studios, su estudio de videojuegos, ha sido nominado para emprendimiento del año.

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Minutos antes de esta entrevista, coordinó el envío de premios a ganadores en Bolivia y se tomó unos minutos para grabar unos stories para su Instagram: “A veces es como Tetris, llegan las piezas, se te acumulan y tratas de que encajen lo más rápido posible”, dice sobre los pendientes de su agenda. Para mantenerse despierto no toma café ni energizantes: “Mi químico principal es la adrenalina de mi cerebro, es como estar en un videojuego, estoy constantemente estimulado, pensando en varias cosas”.

Sus seguidores suman los 2,5 millones. “En realidad son 2,3 millones en Facebook, 589.000 en Instagram, 800.000 en TikTok, y 250.000 en YouTube, que lo tengo un poco abandonado”, precisa Phillip (un obseso de los números).

Lo visitamos para saber cómo pasó de ser el conductor de un segmento en ‘TEC’, programa de tecnología de canal 4, a convertirse en un activo generador de contenido, líder de una multitudinaria comunidad en internet y eventual Papa Noel que regala autos.

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La lógica de las suscripciones

De partida nos dice que tan ostentosos regalos no son producto del canje, es decir, la marca de autos no se los da a cambio de publicidad en sus redes. Phillip los compra y su generosidad responde a que tiene dos plataformas de contenido por las que la gente paga una suscripción de 8,5 soles al mes. Estas son su fanpage de Facebook y su página web pchujoy.com, que suman 100.000 suscriptores. El influencer dice que ha obtenido los ingresos suficientes para que, desde febrero de 2021 hasta hoy, haya regalado 20 autos, además de sortear motocicletas y otros aparatos tecnológicos de alta gama cada semana.

Empezamos sorteando un selfie stick, luego una consola, un smartphone, una TV grande hasta una PC completa que valía 5.000 dólares. Cuando llegamos a este monto, comprar un Kia Picanto de 9.000 dólares no parecía tan lejano”, dice Phillip sentado en su tecnológico set de grabación, de espaldas a una pantalla gigante de 6 m de ancho y 2 de alto (nos da la medida exacta).

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Es cierto que el influencer empezó sorteando un palo selfie y una batería de Huawei en 2017. En aquel entonces, como coconductor de ‘TEC’, acumulaba obsequios tecnológicos de las marcas y un día decidió sortearlos vía streaming entre su pequeña comunidad de 10.000 seguidores. Años después, durante la cuarentena, se volvió un gamer muy seguido, y hoy es una celebridad de las redes sociales a quien la gente reconoce en la calle y le pide fotos. “Regalar autos es un agradecimiento a los que se suscriben y apoyan mis contenidos”, dice.

Phillip ha formado una comunidad muy fuerte. Los de Facebook son los que patrocinan sus contenidos, los que pagan para que siga produciendo videos en los que comenta sobre videojuegos, ciencia, cine. Los de su página web obtienen beneficios como descuentos en tiendas, ingreso a eventos privados, merchandising exclusivo y, claro, su participación en los sorteos. “Quiero hacer reuniones de todos mis suscriptores y ya no me alcanza el Estadio Nacional”, dice con cierto orgullo. Lo que hace, a veces, para tener un encuentro con sus fans es alquilar una sala de cine e invitarlos a ver una película con canchita incluida.

“La gente cree en mí, dicen que parezco confiable”, responde Phillip cuando se le pregunta por el secreto de su éxito. Siendo el Perú un país con altos niveles de desconfianza, se puede decir que el influencer posee un bien preciado: la credibilidad.

“Casi todos los que ganaron un auto comentaron que sus familiares les decían que era una estafa. No lo es, ellos ganan, vamos al notario, firman un papel, les entrego las llaves y ya está”, comenta. “No es que sea Papa Noel, estoy generando este círculo virtuoso en el que hago conexión entre la gente que confía en mí y las marcas que, justamente, ofrecen productos y servicios que mis seguidores quieren”. En el mundo de Phillip Chu Joy, aparentemente, todos ganan. Próximamente sorteará una camioneta (y un kilo de limones).