Domingo

Mar de Copas: 30 años de amor y desamor

Una de las bandas peruanas más longevas cierra una gira nacional, lanza nuevos videos y nuevo álbum para celebrar sus 30 años de existencia. Fieles a sus banderas, Mar de Copas hará lo que mejor sabe: crear nuevos himnos desgarradores para los pechos sufrientes de sus más leales.

La banda en pleno, en un alto de la grabación del video de ‘Tras esa puerta’, tema de 1994. Foto: Arturo Olaechea
La banda en pleno, en un alto de la grabación del video de ‘Tras esa puerta’, tema de 1994. Foto: Arturo Olaechea

Por Sandro Mairata.

Es una tarde de junio y Manuel ‘Manolo’ Barrios enciende cigarrillo tras cigarrillo mientras trabaja a solas. Intenta darle forma al demo de una nueva canción de Mar de Copas que por ahora se llama “La bandera de los corazones de fuego”, un título que viniendo de un artista principiante sonaría pomposo pero que viniendo de Barrios resulta apropiadamente mardecopero. “Es muy posible que ese no vaya a ser el título final —me advierte—, ya veremos”.

Muchas cosas han cambiado en los 30 años de Mar de Copas, pero varias otras siguen iguales, como el método de trabajo. Desde el segundo álbum, Entre los árboles (1994), cada lanzamiento inicia con Barrios preparando demos y trayéndolos al resto; todos aportan ideas y la sudan hasta obtener el producto final.

La gira de los 30 años tendrá su punto más alto este 7 de julio en el concierto en el Parque de la Exposición. Foto: Arturo Oalechea

La gira de los 30 años tendrá su punto más alto este 7 de julio en el concierto en el Parque de la Exposición. Foto: Arturo Oalechea

Esta vez se siente el apuro: han pasado nueve años desde Seis (2014), el lapso más amplio entre los álbumes del grupo. Este aniversario llega con una gira por el Perú llamada ‘El soundtrack de una vida’, más un show central el 7 de julio en el Parque de la Exposición —de tres horas de duración—, además del lanzamiento de videos musicales de éxitos antiguos como “La máquina del tiempo” de 1999 y “Entre los árboles” y “Tras esa puerta” de 1994, todos a cargo del director Arturo Olaechea. El último hito —el nuevo álbum— depende solo de Barrios, quien viene trabajando “sobre un universo de 24 canciones” con cuatro compañeros de grupo a la espera.

Solo que hay un problema. Barrios anda bloqueado.

“Siento angustia e incertidumbre porque estoy escribiendo un disco nuevo de Mar de Copas”, explica Barrios. “Hace muchos años que no lo hacía. Y estoy, ¿cómo te puedo decir?, copado. Estoy inundado por una sensación incierta y difícil que va con el tema de si todavía soy capaz de conservar la chispa y hacer algo que aún conmueva”. Son palabras de peso viniendo de uno de los compositores más importantes de la historia del rock peruano —aunque algunos prefieran la precisión de pop-rock—.

Hace un mes lanzaron el video de ‘La máquina del tiempo’, tema de 1999, como regalo para los fans. Foto: Arturo Oalechea

Hace un mes lanzaron el video de ‘La máquina del tiempo’, tema de 1999, como regalo para los fans. Foto: Arturo Oalechea

“Pero estoy optimista, estoy contento con el proceso”, añade. “Y es una apuesta conmigo mismo. Me cuesta escribir, siempre me ha costado, entonces —por lo que te estoy contando— ahora me cuesta más. Entonces, he decidido tomar la apuesta y encararla con todo valor. Si lo logro, bienvenido sea”.

“Si no lo logro, volveré a mis estudios universitarios de Historia”.

Ases de copas

En el principio, allá por 1992, eran As de Copas, un dúo formado por Eduardo ‘Toto’ Leverone en la batería y Barrios en la guitarra sobre las cenizas de su banda previa, Los Inocentes. Mientras grababan su primer álbum con el apoyo del bajista Félix Torrealba en el estudio de Miki González, invitaron a cantar a su ingeniero de sonido, el ex-Narcosis Luis García Hildebrandt, alias Wicho. Dos amigas del grupo, Phoebe Condos y Claudia Salem, hacían los coros y fueron invitadas a quedarse. Con el nombre mutado en Mar de Copas lanzaron su álbum homónimo en 1993. César Zamalloa sucedió a Torrealba en 1994; Salem dejó un espacio sin reemplazo en 2005.

Sentados en su estudio de Barranco, García y Zamalloa ahondan en algunas respuestas. “Con Claudia se perdió la vibra. Ella es artista plástica, cantar con nosotros ya no le interesa”, dice García. La pregunta era si Salem estará presente en el concierto del Parque de la Exposición. La respuesta es no. (No obstante, la amistad permanece; Salem comparte en sus redes promociones del concierto de Los Trece Baladas, la banda paralela donde tocan Leverone, Barrios y Zamalloa, que se presenta el 15 de julio en La Noche). Leverone estuvo y desapareció cuando pudo. Con Phoebe tendré una conversación aparte. “Ahora somos padres de familia, tenemos horarios más complicados”, dice César. Mar de Copas se ha vuelto la oficina, el único pretexto para que cinco adultos entrando a los sesenta años (García tiene 62) se separen de sus familias.

'Wicho' García, la voz emblemática del grupo, al frente, con la energía de siempre, a sus 62 años ya cumplidos. Foto: Arturo Olaechea

'Wicho' García, la voz emblemática del grupo, al frente, con la energía de siempre, a sus 62 años ya cumplidos. Foto: Arturo Olaechea

Otra cosa que no cambiarán será que Mar de Copas no hablará de política en el nuevo álbum. “Mar de Copas no es la plataforma para hacerlo”, dice García, quien a título personal tiene posturas tajantes como buen representante de la ‘movida subte’ de los ochenta, lo mismo que César, hijo del reconocido antropólogo César ‘El Diablo’ Zamalloa. García es sobrino del periodista César Hildebrandt; Condos es hermana de la conocida actriz Katia Condos, aunque cuando conversamos aún no había visto Soltera, casada, viuda, divorciada.

Eso de que MDC no entra en política no es tan cierto; ahí está el primer tema de ‘Suna’ (1999), una versión rockera del himno de la Internacional Socialista, una idea de Barrios que para Condos fue meramente musical y “no tiene nada que ver con ser de izquierda ni mucho menos”. “La mayoría de nosotros estamos absolutamente decepcionados de cualquier tema de política”, dice Condos. “Ya sea de izquierda, derecha o de donde fuera”. El nuevo demo de Barrios, al menos en sus palabras, “habla solapadamente de la polarización. Aunque en un estilo muy Mar de Copas”. “De hecho, yo también quiero participar (en este nuevo álbum) componiendo un tema propio”, dice Condos. “Sería lindo que Toto y César participen componiendo algo, no sé, no hemos hablado de eso”.

Hay otro asunto: el eterno sonido mardecopero, que para muchos es desgarrador, melancólico, con letras cual dagas lacerando el pecho adolorido del amor juvenil, y, para otros, simplemente aburrido. No habrá variación al respecto. “La gente podrá decir: ‘¡Suena igualito!’; y en realidad para nosotros no suena igual”, defiende García. “Sí hay una variante entre cada disco porque vamos escuchando otra música, las influencias son otras y sí, pueden ser muy sutiles, pero sí hay una diferencia entre uno y otro disco”. “Desde una versión externa sí parece lo mismo”, aporta Barrios.

“Hay que ser fan del grupo para darse cuenta de que no es así”.