Guayaquil, el astillero más importante de Pacífico Sur, proclama su independencia
Han transcurrido 30 días desde el desembarco del general San Martín en Paracas y la noticia corre como reguero de pólvora. Un brazo del Ejército Libertador marcha desde Pisco a la sierra, y Guayaquil, hoy Ecuador, sorpresivamente proclama su independencia en un putsch militar incruento, el 9 de octubre de 1820, que tuvo entre sus protagonistas a un inquieto arequipeño. Guayaquil era entonces el astillero más importante del Pacífico Sur.
El brigadier José Pascual de Vivero, un vivaz sevillano de 58 años, había llegado al Perú en 1795 al mando del bergantín Peruano, ocupando varios cargos antes de asumir de manera interina el gobierno de la provincia de Guayaquil, a principios de mayo de 1820.
Al ser el principal astillero del Pacífico Sur, y con unos 13,700 habitantes, el puerto de Guayaquil debía ser defendido ante cualquier amenaza de las fuerzas enemigas del rey, que desde 1816 habían comenzado a surcar las aguas del virreinato del Perú.
Aquel año, el puerto rechazó con éxito el ataque de la flotilla corsaria rioplatense, al mando de Guillermo Brown, pero desde 1819 la situación se había complicado, pues en Chile se había logrado constituir una escuadra naval superior a la del virreinato peruano, sumándose a ello la presencia de algunos corsarios.
El bloqueo que dicha escuadra impuso al Callao en setiembre de 1819 obligó a la fragata Prueba, que venía de Cádiz, a dirigirse a Guayaquil, arribando el 23 de octubre con casi 230 enfermos a bordo y necesitando diversas reparaciones.
La conspiración del 9 de octubre
Solo a mediados de febrero de 1820, la Prueba pudo reunirse con las fragatas Esmeralda y Venganza, con las que llevaría a cabo diversas misiones transportando tropas a diferentes lugares del litoral, pues ya se sabía que en Chile se preparaba una expedición para invadir el virreinato.
Esto último finalmente tuvo lugar el 8 de setiembre, cuando la Expedición Libertadora llegó a Paracas, y en pocos días la noticia llegó a Guayaquil, alentando a los que abrigaban ideas independentistas a tomar acción. Entre ellos, obviamente, había varios criollos guayaquileños, pero también se encontraban oficiales del batallón Granaderos de Reserva del Cusco, cuyo segundo jefe, el teniente coronel arequipeño Gregorio Escobedo, habría de tener un papel protagónico en los sucesos de las primeras horas del 9 de octubre.
Uno de los conspiradores señaló que el sábado 7 fueron denunciados ante el gobernador Vivero, pero que este no tomó acción pues, al haber formado una extensa familia con la peruana Luisa Morales, podía ponerla en peligro. Pese a ello, dudo mucho que Vivero no estuviera dispuesto a no cumplir con su deber. De hecho, el mismo testimonio indica que el día 8, Vivero convocó a una junta de guerra para tomar precauciones ante los rumores de una conspiración.
Puerto Libertad, por poco tiempo
Lo concreto es que a las dos de la mañana del 9 de octubre, el teniente coronel Escobedo puso en marcha lo acordado, deteniendo tanto a su comandante como al gobernador, y a varias otras autoridades realistas. Marino, al fin y al cabo, sin poder oponer resistencia y sin perder el buen humor, Vivero solo atinó a decir: “Toma, por gobernar en tierra”.
Pocas horas más tarde, se celebró un cabildo abierto en el que se proclamó la independencia de Guayaquil, asumiendo José Joaquín Olmedo la jefatura política, mientras que Gregorio Escobedo hizo lo propio con el mando militar.
La intención de los guayaquileños de constituir un Estado duraría poco, pues si bien José de San Martín apoyó ese anhelo, en 1822 Simón Bolívar incorporaría dicho territorio a la Gran Colombia, poco antes de la entrevista de ambos libertadores.
La suerte de Vivero
Dos días después de su captura, Vivero y otros catorce prisioneros fueron embarcados en la goleta Alcance, arribando a Ancón al amanecer del 1° de noviembre. Allí, el exgobernador fue presentado al general San Martín a quien “con su invariable buen humor, dijo: 'Si señor, el mismo Vivero, que fue comandante general interino del Apostadero del Callao; intendente interino de Charcas; tesorero general interino del Perú; gobernador interino de Guayaquil; pero ahora prisionero en propiedad”.
Liberado, Vivero viajó a Lima, y permaneció en la ciudad cuando las fuerzas realistas la desocuparon en julio de 1821. Al año siguiente fue incorporado a la armada peruana como comandante general de marina, cargo que ejerció hasta su muerte 12 años después.
Cronología de la Independencia del Perú
07-08 Set San Martín desembarca en la bahía de Paracas.
15-17 Set El virrey Pezuela jura la Constitución de 1812.
26 Set Conferencia de Miraflores entre José de San Martín y el virrey Joaquín de la Pezuela. Firman un armisticio.
Set-Oct Cerca de 3000 pobladores negros, provenientes de las haciendas cercanas al valle de Pisco, se unieron voluntariamente al ejército libertador.
04 Oct El general Juan Antonio Álvarez de Arenales emprende su campaña hacia la sierra central, al mando de un ejército de 1242 hombres.
09 Oct La independencia de Guayaquil es proclamada por el teniente coronel peruano Gregorio Escobedo.
20 Oct Proclamación y jura de la independencia en Ica.
21 Oct San Martín, en Pisco, establece la primera bandera nacional del Perú: un lienzo de ocho pies de largo por seis de ancho dividido por líneas diagonales. Los campos superior e inferior blancos y rojos los laterales. Al medio una corona de laurel ovalada, con un sol que sale detrás de los cerros sobre el mar. Todos los habitantes del Perú libre usarían una escarapela nacional bicolor; blanco abajo y rojo arriba.
Fuente: M. Guerra, coord., Cronología de la independencia del Perú, 2016.