Alberto Fernández: Recetas para rescatar a la Argentina
El nuevo presidente argentino recibe un país con pobreza creciente, dólar por las nubes y una inflación solo menor a la de Venezuela y Zimbabue. ¿Qué hará para salvarlo?
No es la crisis de 2001, pero igual asusta. La actual crisis económica que vive Argentina incrementó la pobreza –en un país que se preciaba de ser el más europeo de los latinoamericanos–, disparó el precio del dólar, multiplicó la inflación y, sobre todo, provocó la derrota de Mauricio Macri y el retorno del kirchnerismo al poder.
Esta semana, Alberto Fernández asumió como presidente y pronunció un discurso que fue un crudo diagnóstico de la situación: no había tantos pobres en el país desde 2008; más de 15 millones de personas no tienen acceso seguro a los alimentos; la deuda pública está en su peor momento desde 2004; la inflación es la más alta de los últimos 28 años.
La expectativa por ver lo que hará para afrontar la crisis es enorme, sobre todo porque las dificultades económicas comenzaron cuando su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, gobernaba el país, aunque se agravaron con el macrismo. Las prioridades son, ahora, enfrentar el hambre, reducir la inflación y detener la devaluación del peso.
DEVALUACIÓN Y DEUDA
De acuerdo con los expertos, la actual crisis está vinculada a un viejo problema argentino: la vulnerabilidad de la economía ante las fluctuaciones del dólar. Cuando crece, el país necesita más divisas –para importar, para pagar su deuda– de las que puede conseguir. Históricamente, trata de conseguirlas de dos maneras: con sus exportaciones o endeudándose afuera.
Hay una tercera opción, claro: limitar la compra de dólares, el llamado “cepo cambiario”. Cristina Fernández la adoptó cuando la crisis emergía. Pero, al llegar al poder, el liberal Macri la descartó. Su camino inicial fue el endeudamiento. Pero, al final de su gobierno, desesperado, tuvo que recurrir a ella.
Macri también llevó a cabo un programa de ajuste del gasto que causó dolor. El gas y la electricidad, subsidiados durante el kirchnerismo, subieron más de 100%. Los precios se dispararon. Los argentinos perdieron poder adquisitivo. La pobreza aumentó y hoy afecta a más de un tercio de la población.
Una de las primeras cosas que hará Alberto Fernández es no reclamar los 12 mil 300 millones de dólares restantes que el Fondo Monetario Internacional (FMI) debe entregar del préstamo de 56 mil 300 millones acordado con la gestión de Macri.
El nuevo presidente también ha anunciado que renegociará con el FMI nuevos plazos de pago. “Necesitamos aliviar la carga de la deuda para poder cambiar la realidad”, dijo durante su discurso de asunción.
Fernández también lanzará un programa contra la inseguridad alimentaria, “Argentina contra el hambre”, que, entre otras medidas, incluirá exenciones de impuestos a madres de niños menores de seis años, una canasta básica acordada con los empresarios y programas de agua potable y vivienda.
En su discurso del pasado lunes, el mandatario ratificó que creará un Consejo Económico y Social que reúna a empresarios, sindicatos y movimientos sociales para acordar juntos las políticas para enfrentar la crisis.
Una de ellas es la posibilidad de aumentar los salarios y pensiones, con el fin de devolverle el poder adquisitivo a las clases más desfavorecidas. Hasta el cierre de esta nota, aún no había habido anuncios al respecto.
Los analistas creen que Fernández mantendrá el cepo cambiario, al menos por un tiempo. El país todavía tiene un problema de déficit de divisas. Eliminar el cepo lo expondría a otra grave devaluación del peso y a nuevas fugas de capitales.
“Estaremos de acuerdo en que llegamos a esta situación porque se aplicaron muy malas políticas económicas”, dijo durante su toma de mando. “En vista a ese mandato, vamos a impulsar medidas políticas y sociales para revertir el rumbo estructural de atraso”. (OM)