Medio AmbienteEl cambio climático afectará a todos los cultivos y también a la cebada, principal insumo de la cerveza. Los científicos dicen que se consumirá menos y será más cara. ,"Aunque no es el impacto más preocupante del cambio climático futuro, los eventos extremos relacionados con el clima pueden amenazar la disponibilidad y el acceso económico de la cerveza", predice un estudio realizado por universidades de Estados Unidos, China y Reino Unido publicado hace unos días en la revista Nature Plants. Es decir, las sequías y las olas de calor que ocurrirán mucho más seguido en el futuro –si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero al desaforado ritmo actual– afectarán los cultivos de cebada, que es muy sensible a los fenómenos climáticos. Con ello habrá menos cerveza y será más cara. A esa conclusión llegó el grupo de investigadores después de analizar olas de calor y periódos de sequía sucedidos desde 1981 en las regiones donde se cultiva el cereal. Los cálculos señalan que ambos fenómenos aumentan en frecuencia e intensidad. Luego revisaron el rendimiento de las cosechas y proyectaron su modelo al 2099. Lo que se viene no es alentador. En el peor de los casos, las partes del mundo donde se cultiva cebada, incluidas las grandes planicies de Estados Unidos, las praderas canadienses, Europa, Australia y la estepa asiática sufrirán cambios extremos del clima, lo que provocará una disminución de hasta 17% en los rendimientos de los cultivos. Actualmente, solo el 17% de la cebada que se produce en todo el mundo se utiliza para la elaboración de cerveza. La mayor parte de la producción se cosecha para ser alimento del ganado. Solo las variedades más finas se destinan a la industria cervecera. "Podríamos pensar en guardar cebada de los buenos años para usarla en los malos. Podría ser buena idea sino fuera porque la calidad del cereal se resiente cuando se almacena por muchos meses. Y, al menos hasta ahora, no se ha usado para hacer cerveza", ha dicho Steven Davis, investigador de la Universidad de California que participó en el estudio. El descenso de la producción podría ser mayor si se mide a nivel regional: Alemania, Bélgica y República Checa, tres de los países con mayor tradición cervecera, podrían tener años con mermas de hasta 38%. En Brasil o el este de África la disminución podría superar fácilmente el 20%. "¿Los productores darán prioridad a los animales hambrientos sobre los humanos sedientos? Los investigadores creen que eso es lo que sucederá, por lo que la proporción de grano que va a la elaboración de cerveza disminuirá aún más", reseña un artículo del diario español ABC. Pagar más Como decíamos, a menos cebada, menos cerveza y mucho más cara. Irlanda, uno de los países con mayor consumo per cápita de la bebida, sufrirá más que nadie ese aumento: allí el precio de la cerveza subirá 43% en el mejor escenario, y 338% en el peor escenario. Un six pack costaría 20 dólares en unos años. Actualmente cuesta menos de cinco dólares. Los precios también subirán en otros países amantes de la cerveza como República Checa, Bélgica, Canadá, Dinamarca o Polonia. También en Italia, Japón o Reino Unido. El consumo de cerveza disminuirá en los países más pobres, aunque también ocurrirá en EEUU, Alemania, China o Rusia. En España, el suministro de cerveza disminuirá en casi 12% y el precio se duplicará. En general, el consumo de cerveza podría descender dentro de unas décadas hasta en un 16%, unos 29 mil millones de litros, una cifra cercana a la que hoy se consume anualmente en Estados Unidos. "Los países desarrollados tienen más poder de compra, así que la producción de cerveza se irá a satisfacer la demanda de los que tengan más dinero. Con el cambio climático los pobres de India, China, Brasil o los países africanos tendrán que preocuparse más por su seguridad alimentaria, de tener comida, que del consumo suntuario", dice Dabo Guan, coautor del estudio. A eso llegaremos si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera, y afectamos el clima y los cultivos: a convertir una bebida popular y accesible en un gasto suntuario. (R.M.)