AvancesMédicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) utilizan tecnología 3D para planificar cirugías reconstructivas y así mejorar la calidad de vida de sus pacientes.,La imagen que vemos en la pantalla de la computadora muestra el cráneo de un paciente y también la presencia de un tumor canceroso en el lado derecho de su mandíbula. Fue operado hace unos meses para evitar el avance de la enfermedad y como parte de la intervención tuvieron que extraerle una gran porción del hueso de esa parte de su rostro. “Perdió un gran segmento de la mandíbula. Pero la reconstruimos con una técnica virtual que estamos usando en estos casos: se hizo un modelamiento en computadora con la longitud de hueso que se iba a colocar, la angulación que le íbamos a dar, dónde iba a ir la placa y los tornillos que fijan el hueso. Todo se hace virtualmente primero y después se realiza en la sala de operaciones”, cuenta el doctor Juan Carlos Meza, cirujano oral y maxilofacial del INEN. Cuando un paciente pierde parte del hueso de su mandíbula por algún tipo de cáncer y se debe reconstruir esa parte, se reemplaza con una porción de hueso de su propio peroné. “Tratándose de un hueso largo es difícil darle la forma necesaria. Tienes que hacer cortes al hueso que coincidan de acuerdo a la angulación para tratar de emular lo que se ha perdido. Antes se hacía al ojo, pero ahora lo hacemos de manera virtual primero y después lo concretamos en la intervención. Incluso, antes de operar al paciente ya sabemos cómo va a quedar”, explica el doctor Meza. Para ello, en el programa de reconstrucción médica virtual cargan primero los resultados de las tomografías de la cabeza y de la pierna del paciente, y después planifican las cirugías en tres dimensiones, como ya hemos explicado líneas arriba. En la computadora también se diseña la guía quirúrgica -la guía es una estructura que servirá para hacer los cortes en el hueso y para la correcta colocación del implante- y después la convierten en una pieza real con una impresora 3D. Con ella, las operaciones ya no son tan largas como antes, cuando duraban de 10 a 12 horas, sino que pueden acortarse hasta en cuatro horas. "En la sala de operaciones intervenimos la pierna, encontramos el hueso, instalamos la guía, cortamos con una sierra según la angulación que obtengamos, armamos el hueso y lo subimos a la cabeza para la reconstrucción mandibular", explica Cristian Apéstegui, oncólogo de cabeza y cuello. Con esta técnica se puede lograr un mejor resultado funcional, aparte del estético. "También disminuye el tiempo operatorio. Porque lo que antes hacíamos de manera visual, ahora lo hacemos con el software y permite una reconstrucción más exacta de recuperación", agrega. Tecnología pionera Esta herramienta tecnológica beneficiará principalmente a los pacientes afectados por lesiones malignas de la cavidad oral, tumores maxilares y senos paranasales. Los doctores Meza y Apéstegui, del Departamento de cabeza y cuello del INEN, ya han realizado alrededor de una veintena de estas cirugías con resultados exitosos hasta ahora. "No colocamos una prótesis, lo que hacemos es trasladar un tejido óseo del mismo cuerpo y llevarlo a la zona de la intervención", dice el doctor Apéstegui. El INEN es el primer centro especializado del sector Salud, a nivel nacional, en utilizar este tipo de tecnología. Desde hace unos meses cuentan con el planificador virtual de cirugías y una impresora industrial en 3D, equipo donado por las damas voluntarias de la alianza de apoyo al INEN. Son un centro pionero en el desarrollo de estas técnicas. Las cirugías de cabeza y cuello son algunas de las más frecuentes entre los pacientes del INEN y las secuelas que dejan en ellos a veces no les permiten llevar una vida normal, ya sea por una cuestión funcional o estética. "Estos avances son importantes porque es lo que también tienen hospitales de muchos países desarrollados, donde estas técnicas son conocidas hace tiempo", comenta el doctor Apéstegui. Muchos de los pacientes ya operados vuelven para sus controles, y los buenos resultados están ahí. "Se encuentran bien, recuperándose y nos dan su testimonio de ello", dice el doctor Meza. No solo recuperan un rostro o el funcionamiento de una parte de él, también recuperan vidas.