La historia de ‘Petiso’, el niño lustrabotas que murió electrocutado en la plaza San Martín
A inicios de la década de los 80, la trágica muerte de ‘Petiso’ conmocionó a toda Lima. Te contamos su historia y por qué hoy tiene un monumento en su honor.
La crisis económica y social que atravesó nuestro Perú a inicios de la década de los 80 desencadenó, entre otras cosas, un alto índice de pobreza y abandono infantil. Durante esos años, era algo extremadamente normal ver a niños viviendo en las calles y trabajando en mercados, plazas y paraderos.
‘Petiso’, como lo llamaban sus amigos, formaba parte de este grupo de desafortunados que no tenían ni techo ni familia. Para sobrevivir, este pequeño, de apenas 7 años, se dedicaba a lustrar botas en las calles de la capital. Con sus ganancias (cuando las había) compraba comida, bebida o cualquier cosa que necesitara.
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A sus nuevos amigos, jamás les reveló su verdadero nombre ni el de sus padres, solo les comentaba sobre los horrores que vivió en su tierra natal Ayacucho. “Siempre hablaba de la muerte de muchas personas y de los terroristas”, dijeron sus compañeros a un reportero del diario Ojo el día de su muerte. Fuera de eso, silencio total.
El monumento de Petiso se encuentra muy cerca de su lecho de muerte. Foto: Jhon Reyes/LR
¿Qué pasó con ‘Petiso’?
Exactamente, el 3 de septiembre de 1983, un día en el que el frío y la llovizna cubrió las calles de la capital, ‘Petiso’ buscó refugio en una de las cajas de los reflectores de la plaza San Martín, cuyo interior había sido robado.
En aquella década, el centro histórico y sus monumentos estaban en estado de deterioro y abandono, por lo que luego del robo los cables quedaron expuestos. El niño, al rozarlos mientras dormía, se electrocutó y murió a causa de la descarga eléctrica.
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Sus compañeritos lo encontraron al día siguiente por la mañana, y al no saber a quién acudir, pidieron ayuda a un periodista que pasaba por ahí. Como nadie sabía su identidad y puesto que ningún familiar reclamó su cuerpo, el niño quedó registrado como ‘Petiso’. Su sepelio fue muy conmovedor: sus amigos de la plaza cargaron su ataúd camino a su última morada.
Foto: Andina
El caso conmocionó tanto a la población que las autoridades capitalinas no tuvieron más remedio que empezar a tomar medidas para dar amparo a la niñez en estado de abandono. Carolina de Orrego, esposa del entonces alcalde de Lima Eduardo Orrego, creó el primer Complejo Asistencial Infantil Municipal (Comain) o, como se le conoce desde entonces, La casa de los Petisos.
Además, en 1984, el alcalde Alfonso Barrantes Lingan inauguró un monumento en su honor que representa a todos aquellos niños trabajadores de Lima.
Actualmente, esta obra se encuentra frente a la Plaza San Martín, entre el Teatro Colón y el Edificio Giacoletti.
¿Quién realizó la escultura a ‘Petiso’?
La escultura que simboliza al grupo de trabajadores infantiles se erigió en 1984, cuando su creador Humberto Hoyos Guevara, buscó configurar en un lenguaje artístico su preocupación social.
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¿Dónde se encuentra La casa los Petisos?
El Complejo Municipal de Asistencia Infantil Municipal (Comain), o como también se le conoce La casa de los Petisos, se encuentra ubicada en el jirón Conde de Superunda 425, Lima. Además, cada año, los niños y niñas que son acogidos por esta institución demuestran su talento para celebrar los años de creación del Comain.
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¿Quién fue el ‘Petiso Orejudo’?
Este otro personaje también llamado 'Petiso', se llamaba Cayetano Santos Godino, y fue el protagonista de uno de los capítulos más sangrientos de la historia criminal en Argentina. Con apenas 8 años había comenzado a asesinar niños, algunos menores de 2 años, y pronto comenzaría a incendiar edificios.
Nació el 30 de octubre de 1886 en Buenos Aires, Argentina. Sus padres fueron Lucía Ruffo y Fiore Godino, quienes eran procedentes de Italia. Fue denunciado por su padre y estuvo arrestado en La cárcel del Fin del Mundo, donde intentaron cortarle las orejas para reducir sus “instintos criminales”.
El ‘Petiso Orejudo’ vivió una infancia marcada por la tormentosa relación con su padre, quien era alcohólico, con síntomas de demencia (provocados por la sífilis) y abusador: solía golpearlo, también a su madre y a su hermano, quien sufría epilepsia.
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En cuanto pudo, salió de la casa y empezó a vagar por las calles de Buenos Aires, entre terrenos baldíos y grandes quintas de inmigrantes. En el colegio lo echaron varias veces por su poco interés en las clases y su comportamiento violento.