Cultural

Lennin Vásquez: “Hoy se cree que cualquier cosa extravagante es surrealismo”

Destacado autor peruano expone en Colombia su nueva muestra individual, “Cuadrante onírico”, en el marco de las celebraciones por los cien años del surrealismo.

Lennin Vásquez y su obra "El vigia".
Lennin Vásquez y su obra "El vigia".

La exposición Cuadrante onírico del artista plástico Lennin Vásquez, a llevarse a cabo, hasta el 27 de octubre, en el Museo El Chicó (Museo Mercedes Sierra de Pérez) de Bogotá, en el marco de las celebraciones por los cien años del movimiento surrealista, es un gran pretexto para conocer un poco más a uno de los artistas peruanos más sólido del presente siglo.

“Me llama la atención el misterio. Siempre ha sido lo que desconozco lo que ejerce en mí una obsesión. Esa idea de adentrarse a espacios desconocidos. Hay una frase de Paul Éluard que decía que existen otros mundos, pero que están aquí. El surrealismo es adentrarse un poco en el inconsciente, en los sueños, ver el mundo de otra manera”, declara Vásquez para La República desde Bogotá.

“El surrealismo no fue algo que busqué, sino que me identifiqué muy rápido con él. Yo soy de la sierra centro, de Llocllapampa, del Mantaro, y de niño escuchaba de mis tías y mi abuela historias de seres que habitaban en los cerros, de duendes que aparecían. Lo podríamos ver como realismo mágico. Es por eso que mi lazo con el surrealismo se dio de manera natural. Me identifiqué con las obras de Gerardo Chávez y de Armando Villegas, que me marcaron muchísimo desde que estudiaba en Bellas Artes”. Las palabras de Vásquez denotan seguridad y convicción sobre el surrealismo, característica que debemos subrayar en estos tiempos en los que se ha puesto de moda denostar o no reconocer la gran tradición del surrealismo.

“Yo tampoco entiendo muy bien la razón de que se tenga en menos ahora el surrealismo. Se ha utilizado mal la palabra surrealismo, hoy se cree que cualquier cosa extravagante es surrealismo. El surrealismo toca un aspecto medular, que es el inconsciente. En el surrealismo buscamos respuestas, pero en realidad hallamos más preguntas. También tiene que ver con que el arte de hoy está dedicado a ser un poco más sociológico”.

Esta es la décimoprimera exposición individual de Vásquez, quien en el 2018 expuso en España. No pocos recuerdan su última muestra, que lo posicionó en el circuito: Paisajes metafísicos, del 2022, en el centro cultural Ccori Wasi. Desde entonces el rumor adquirió una sustancia valorativa, verosímil y lejos de las demagogias: el trazo y el mundo onírico/lúdico de Vásquez proyectaban un evidente estado de madurez.

“Mis temas son más de orden existencial. El nombre de mi última muestra: cuadrante, que es la herramienta que se usaba para navegar, puede darnos una idea de lo que busco con mi propuesta, como si el cuadrante fuera una guía para navegar en aguas que desconozco”.

Como ya se ha consignado, Vásquez admira la obra de Chávez y Villegas. Del primero, es conocido, y hasta radiactivo en varios puntos, su poética enfocada en el erotismo. Si bien la obra de Vásquez no escapa de esta influencia, es necesario precisar que su surrealismo es más interior.

“Mis temas son más de orden existencial, como el paso del tiempo, las vicisitudes del ser, la incertidumbre, hacia dónde vamos. Mis obras van por el camino de la incertidumbre, a la que le he prestado especial atención desde que opté por hacer del arte mi vida”, dice Vásquez, quien no deja de resaltar que hay una buena y nueva camada de artistas peruanos, pero a “a los que les falta más espacios de exposición. Creo que necesitamos más lugares para los más jóvenes. Muchas veces las galerías aceptan a gente mayor y no a los más jóvenes”.

¿Acaso no sería más apropiado llamar consolidación en lugar de madurez al referirnos a Vásquez? Un breve repaso a su trayectoria nos brinda luces de su evolución. Nos referimos a un artista que, a sus 45 años, ostenta una legitimidad sin necesidad de ser parte de los saraos (que no son propiedad exclusiva de los círculos literarios, por cierto) y otros escenarios semejantes en los que más de uno pierde la cabeza, la dignidad y hasta el proyecto de obra.

“Yo creo que estoy en un proceso de construcción todavía y me parece interesante que esta muestra me ayude a consolidarme. No dejo de pensar en lo que aún tengo por hacer”.

Ya lo saben. Sigamos la trayectoria de Lennin Vásquez.