Miguel Gutiérrez: una vida de novela
¿Por qué es importante leer a Miguel Gutiérrez? Se trata de un autor canónico de las letras y el pensamiento peruanos.
Cuando en las páginas de La República, hace poco más de dos meses, celebramos la reedición del libro de ensayo Kafka: seres inquietantes (J. M. Marthans) de Miguel Gutiérrez (1940 – 2016), apuntamos también que el reconocido autor piurano ya no tenía casa editorial. Esta noticia supuso una sorpresa en el circuito cultural peruano por la sencilla razón de que Gutiérrez es, bajo todo punto de vista, uno de los mayores escritores en la historia de la literatura peruana. Resultaba, pues, muy extraño que Penguin Random House, cuya filial peruana se promocionaba como la casa de los mejores escritores locales, no tuviera más en sus filas precisamente a una de sus mejores plumas.
PRH cogió el mensaje y contactó a Mendis Inocente, esposa de Gutiérrez. Tras varias semanas de tratativas, al final hubo un acuerdo que complace. Tal y como consignamos en la nota “Julio Ramón Ribeyro la rompe en la FIL de Lima”, para el próximo mes de octubre está proyectada la salida, vía el sello Alfaguara de PRH, la monumental novela de Gutiérrez, La violencia del tiempo.
En este punto del relato, resulta necesario precisar algunos datos biográficos que nos ayuden a entender quién fue este escritor que, a ocho años de su partida, sigue suscitando discusión (pensemos en el libro de Abelardo Sánchez León: Torrentes en pugna: Mario Vargas Llosa y Miguel Gutiérrez, publicado el año pasado por la PUCP).
Uno de los mayores acontecimientos en la vida de Gutiérrez, tuvo lugar en su natal Piura, cuando siendo adolescente quedó arrobado tras leer de un tirón Crimen y castigo de Dostoyevski. Gutiérrez ya era un voraz lector, pero ese acercamiento al escritor ruso terminó por configurar su proyecto de vida: se propuso ser escritor. A los 17 años vino a Lima para estudiar Derecho en la PUCP, pero el prurito literario pudo más y dos años después se fue a la UNMSM a estudiar Literatura y Sociología. Desde joven comenzó a respirar política y fruto de ese interés fundó, en 1965, con otros jóvenes escritores, como Oswaldo Reynoso (con quien nunca se llevó bien, por cierto) y Eleodoro Vargas Vicuña, la revista Narración, de corte marxista. Desde entonces, Gutiérrez comenzó a llamar la atención por la profundidad de su prosa y por sus conceptos ideológicos. En 1969, a la edad de 29 años, publicó su primera novela: El viejo saurio se retira. A excepción de Washington Delgado (gran lector/gran crítico/gran poeta), la crítica oficial la trató mal.
En 1988 –casi dos décadas después-, publicó su segunda novela, Hombres de caminos. Aquí vale la pregunta: ¿qué hizo Gutiérrez durante ese hiato temporal? Tal y como cuenta Carmen Ollé en sus memorias Destino: vagabunda, Gutiérrez se dedicó a la enseñanza, principalmente en La Cantuta, a escribir novelas sin apuro y al activismo político. Pero ese mismo año publicó el ensayo La generación del 50: un mundo dividido. El desenlace: el mundo cultural peruano le dio la espalda por una nefasta referencia a Abimael Guzmán (precisemos: las ediciones posteriores de este ensayo, llevan un prólogo en donde indica que fue un error haberla escrito, pero que mantenía el texto tal cual como testimonio de época). Es decir, se convirtió en un paria en su regreso a la literatura y cuando el sentido común mostraba el camino del alejamiento definitivo de esta, lanzó en 1991 La violencia del tiempo. Anotemos que, en 1986, su hijastro Carlos Ayala Aguilar fue asesinado en la masacre del Frontón y en 1992, su esposa Vilma Aguilar también fue asesinada en el penal Castro Castro tras un enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los militantes de Sendero Luminoso.
Estas referencias biográficas no son solo para la data. Nos ayudan a entender el carácter de un escritor que puso en primer lugar a la literatura, a la novela como el espacio de libertad absoluta mediante la cual pergeñó un proyecto novelístico (diez títulos) a la fecha canónico.
Siempre fiel a los principios de izquierda, Gutiérrez pasó sus últimos años en estado de creación, apoyando a escritores jóvenes y marcando distancia de la incoherencia de la izquierda peruana. Hasta se “despidió” de Reynoso, cuando ambos se encontraron a la salida de un restaurante en el centro de Lima. Reynoso falleció el 24 de mayo y Gutiérrez el 14 de julio, en el 2016. Miguel Gutiérrez es un gigante de la literatura peruana.