La hora de las mujeres
Pura pluma. ¿Qué une a las autoras peruanas en los últimos cinco años? De consagradas a jóvenes, en conjunto se muestran como una saludable realidad literaria. Un repaso a algunos nombres a tener en el radar.
Por Gabriel Ruiz Ortega
En febrero pasado leí Destino: vagabunda, las memorias de la reconocida escritora peruana Carmen Ollé. Este libro es una obra maestra de la no ficción peruana y quedará como referencia de la grandeza de Ollé, del mismo modo como testimonio de un momento estelar de la narrativa peruana escrita por mujeres en lo que va del nuevo siglo. Porque esta publicación de Ollé no es un hecho aislado.
Es cierto: las mujeres que escriben y publican en Perú tienen que esforzarse innecesariamente el doble para estar a la par de sus colegas varones. Pero dejando a un costadito las cuotas y otras vías de justicia, hay que fijarnos en la calidad y, en este sentido, lo de Ollé sirve para firmar lo visto en este último lustro: la consolidación de autoras con trayectoria y la sólida proyección de algunas voces jóvenes.
Si Ollé marca la consolidación de una extraordinaria realidad narrativa, quien la inicia fue Teresa Ruiz Rosas, puesto que en 2020 ganó el Premio Nacional de Literatura de Novela con Estación Delirio (2019). Caso especial el de Ruiz Rosas, porque ya era grande desde antes de recibir este premio, pero cuyo reconocimiento sirvió para visibilizar a otras plumas que ya venían construyendo su prestigio, como Gabriela Wiener y Katya Adaui (las escritoras peruanas más leídas en Hispanoamérica hoy). Es decir, el lector de verdad, aquel que arma su propia cartografía, no solo tenía una opción, sino tres (incluso más).
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No puedo aseverar que la pandemia haya configurado la sensibilidad creativa de las escritoras peruanas, pero sí permitió mostrarlas más acompañadas y en ese tránsito fuimos testigos del reconocimiento de Miluska Benavides, que fue seleccionada en 2021 por Granta como una de las mejores plumas jóvenes en español por su cuentario La caza espiritual. En paralelo, Karina Pacheco publicaba nuevos libros de ficción y sus iniciales eran reeditados (Biblioteca Karina Pacheco, de cajón) porque su lectoría crecía y crece como la espuma.
Escritoras peruanas. Foto: composición La República
Otro hito de este lustro es, sin duda, Lucía Charún*. Su novela Malambo ya era un clásico en el extranjero debido a las traducciones y estudios, pero no circulaba como debía en el circuito local, hasta que en 2022 se puso orden con una reedición pulcra. Alina Gadea* publicó en este arco temporal las novelas Todo, menos morir y El norte ya no existe, que siguen su marca poética, saludada por la crítica (quizá es una de las autoras peruanas más valoradas si sumamos reseñas) y la lectoría. María José Caro* justificó, una vez más, ahora con su estupenda novela Vida animal, su lugar propio en la narrativa hispanoamericana actual. También pudimos leer Agua, extraña y mágica novela de Lucero de Vivanco, la reedición de La danza de Narciso de Patricia Colchado, los cuentarios La vida de las marionetas de Fiorella Moreno y El rincón más oscuro del cielo de Mayte Mujica. Subrayemos un debut que, a diferencia de muchos debuts, suscitó éxito editorial: A la izquierda, en el desvío, de la artista visual Sonia Cunliffe.
En este punto, hay que destacar como se debe a Claudia Ulloa Donoso. Desde sus inicios, Ulloa se anunciaba como una autora a leer, pero lo que hizo con Yo maté a un perro en Rumanía la inmortalizó. De los autores peruanos aparecidos desde el 2000, Ulloa es. El entusiasmo se mantiene con la proyección de Mariangela Ugarelli, quien la rompió con su segundo cuentario Fieras, siendo Artilugios el primero, no menos aplaudido, y lo próximo que publique Jennifer Thorndike.
La lista puede crecer un poco más, pero ¿qué une a estas autoras de temáticas variadas? Me aventuro a decir que la visión poliédrica de mujer, que ha encontrado eco en el lector, quizá algo cansado de leer casi lo mismo en los autores peruanos (con personajes artificiales y dueños de urgencias frívolas). Sin embargo, lo que consignamos es una ola que se romperá en 2026. Así es la historia literaria. De momento, leamos a las autoras peruanas. Ellas están marcando la hora.