Cultural

Lucho Cáceres: “Somos un país poco frontal, no puedes criticar”

El actor estrenó un show en el que él y Christian Ysla evalúan con humor su vida laboral, personal y su postura política.

El actor estrenó un show en el que él y Christian Ysla evalúan con humor su vida laboral, personal y su postura política. Foto: difusión
El actor estrenó un show en el que él y Christian Ysla evalúan con humor su vida laboral, personal y su postura política. Foto: difusión

Lima es hostil para los que tenemos los cinco sentidos, imagínate salir a la calle sin poder ver”, comenta Lucho Cáceres, actor y director del teatro Sin VERgüenza. Lo políticamente correcto no es algo que profesa y eso lo traslada a Me tienes harto. “Es que somos un país poco frontal, no puedes criticar”, dice. El show les sirve a él y a Christian Ysla para hablar con honestidad de sus carreras. “La ficción local no es inofensiva. Te mantiene en el pasado y tiene que haber siempre una ama de casa”.

— Estás más a gusto en el cine y en teatro que en la televisión, ¿no?

— La televisión, en cuanto historias, la descarto, no hay nada digno de mencionar desde hace un buen tiempo. Sé que puede ser contradictorio y eso lo hablamos en la obra (viernes y sábados en el Teatro Barranco) porque he sido parte.

— ¿Este show es una catarsis?

— Tal cual. Es la punta del iceberg y el pretexto para hablar de cómo ve cada uno el medio y de cómo Christian participa de un video pidiendo la paz y de cómo yo salgo en una marcha levantando el puño. Tenemos formas muy distintas.

— Claro, pero coinciden en ser directos cuando opinan de coyuntura.

— Totalmente. Cosa que no nos convierte en una perita dulce, hay gente que no nos puede ver. Yo creo mucho en la capacidad de no perder la perspectiva y la autocrítica. Por ejemplo, he hecho más de 20 películas, pero me quedo con cinco. El resto fueron una buena experiencia, pero quedan en el olvido, por lo menos para mí. No sé si está mal o bien que lo diga, pero es lo que siento.

Lucho Cáceres ha venido participando en las marchas organizadas en Lima para protestar contra el Gobierno de Dina Boluarte. Foto: composición/archivo GLR

Lucho Cáceres ha venido participando en las marchas organizadas en Lima para protestar contra el Gobierno de Dina Boluarte. Foto: composición/archivo GLR

— En lo artístico, ¿no hace daño no ser críticos?

— No prestamos mucha atención, pero sí nos está haciendo daño porque el arte en cada una de sus expresiones, como el cine, es cultura viva. Muestra cómo nos comportamos, más allá de mostrar Machu Picchu o Lima. Sí, es grave porque el gran pilar que no reforzamos y que nos tiene así como sociedad es la educación. Entonces, si aplaudimos como focas a cualquier producción, ¡estamos fregados! Estamos en un proceso de estupidización. Lo veo grave, me quedaré con menos amigos, se me cerrarán puertas, no sé.

— ¿Un artista pierde mucho al involucrarse en política? Algunos prefieren ser ‘apolíticos’.

— Esa es la posición más cómoda. Manifestarte tiene un costo, en primer lugar, te sesga con el público, no eres sujeto de comerciales. Yo grito a voz en cuello que el fujimorismo fue lo peor que pudo pasarle al país, por eso las marcas prefieren a la gente que está bien con Dios y con el diablo. Yo los respeto, pero hemos llegado a un nivel de mutismo. No puede ser que en esta coyuntura, con muertos, no exista un solo pronunciamiento de las artes escénicas.

Siendo parte de la ‘trilogía política’ de Joel Calero. ¿Qué te ha dejado este cine y qué piensas de lo que sucede con el LUM?

Las tres películas hablan del conflicto armado y, para mí, la parte civil fue la más afectada porque estaba entre los dos bandos. Si yo no hubiera hecho La última tarde, sería de ese sector que terruquea a diestra y siniestra, no tengo dudas. Son tantas las cosas, tantos los blancos por donde se nos ataca como sociedad. Cerrar el LUM tiene un sesgo político, definitivamente. Pero siempre va a haber un sector al cual me alegro de pertenecer, vamos a hacer que no pasen por encima. Lo van a tener que abrir más temprano que tarde, no van a convertir esto en su chacra, con su ínfula de señores feudales.