Ximena López, la poeta que reinterpreta el surrealismo en versos que cabalgan sobre el subconsciente
Presentado en Lima y Arequipa, el primer poemario de Ximena López Bustamante, “Interior VI: técnica mixta”, pone a prueba la imaginación de los lectores, invitándolos a emprender el vuelo personal.
Tanto espacio abarca la poesía en el aprendizaje interno del ser humano que el padre Manuel Carreira (1931-2020) —sacerdote que hermanaba el saber teológico y la astrofísica—, en el programa español “Lágrimas en la lluvia”, sostenía casi con fervor obsesivo que la lírica proviene de fuerzas distintas al flujo de la materia. Por lo tanto, existirían actividades inexplicables y adversarias a la lógica. Esta idea de la trascendencia del lenguaje sería rebatida por el político y pensador Antonio García-Trevijano, pero no conseguiría opacar a su rival de debate.
Ximena López Bustamante abrió los ojos por vez primera en el año 1993, en la Ciudad Blanca de Arequipa, para franquear, sin saberlo al principio, el estrecho idilio entre las palabras y las dimensiones no materiales, como bien lo defendió Carreira hasta el día de su fallecimiento. Ese larguísimo trajín —o exploración constante— la impulsaría a escribir “Interior VI: técnica mixta” (Aletheya, 2022), su primer poemario, compuesto de tres partes con registros distintos, pero que se unifican como si de un solo fresco se tratasen.
A los 19 años, en el 2013, se despidió de Arequipa para mudarse a Lima. “Una ciudad tradicional, cucufata, no era para alguien como yo”, comenta Ximena. No se sentía cómoda por allá. Necesitaba alzar vuelo y encontrar su verdadera esencia: así lo manifiesta en sus versos surrealistas. Una vez asentada en la capital, ingresó a estudiar Comunicación y publicidad en la Universidad Científica del Sur. A partir de allí, descubriría que sus bitácoras guardadas bajo el colchón, textos catárticos y muy íntimos, podían encandilar también los oídos ajenos: empezaba a reconocer en ella su don de poeta, a confiar en su potencial de transmitir la estética de los pensamientos.
Performer interpreta los versos de Ximena mediante su cuerpo en la presentación ofrecida en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, Arequipa. Foto: Facebook / Anaís Rodríguez
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El despertar de la pasión
Ximena sentía miedo de mostrar su trabajo poético a los demás. Ese temor se sumaba a un prejuicio: no provenir de una escuela de Literatura. Sin embargo, sus creencias darían un giro completo tras una clase del 2015 con el profesor sanmarquino Fabricio Rebatta. Él era el encargado del curso Documentales y géneros de ficción.
“Debíamos crear cortos (audiovisuales) en grupo. Yo hacía los guiones. En ese ciclo, (Fabricio) me preguntó si escribía algo más. Le dije: ‘Sí, escribo poemas’. Los tenía en mis bitácoras y me pidió que los llevara a clases. Editamos los textos y me inscribió en los juegos florales de la universidad. En realidad, nunca evalué publicar algo, era solo un desahogo. Antes de escribir pintaba, así me exteriorizaba… hasta que conocí el poder de la palabra”, cuenta la autora “Interior VI: técnica mixta”. A su vez, su sonrisa juvenil refleja la nostalgia de aquella tarde. Inclina la cabeza como si la dejara caer en una almohada de plumas. Parece recostarse, disfrutarlo otra vez.
Ella pensaba que no iba a quedarse con el trofeo. “Los que pertenecían a la carrera de Literatura y artes escénicas tenían más oportunidad, pero, sorpresivamente, gané”, relata la escritora. Ese mismo año, la casa estudiantil organizó el Festival Internacional de Poesía (FIP). La invitaron a leer y le encantó declamar en público. “Ya luego, empecé a entrar a talleres. En el 2016, volví a postular a los juegos florales y obtuve el segundo puesto”, agrega a su historia. Poco después, se convenció de que sus logros no eran pura casualidad ni golpes de suerte.
Ximena López Bustamante firmando su primer libro de la colección RPM de Aletheya. Foto: Facebook / Anaís Rodríguez
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La línea conductora del poemario “Interior VI: técnica mixta”
En el 2020, a Ximena le llegó una invitación para publicar su primer poemario en papel. Ruhuan Huarca, director general de Aletheya, y Augusto Carrasco, responsable de la colección RPM y de Pasto Verde Récords —el estudio que diseña la parte visual de la colección—, le comunicaron que estaban interesados en incluirla como autora del sello. Sin embargo, pospuso ese plan como consecuencia del surgimiento de la pandemia por COVID-19. El trabajo la consumía y le faltaba tiempo para articular el hilo conductor del libro. Recién cuando acabó su tesis de licenciatura en el 2021, se volvió más disciplinada y terminó de pulir sus poemas en 2022.
La primera parte del libro, cuya portada remite a la entrada de una galería de pinturas, se denomina “Fragmentos desde un país al viento”. Según la autora, su intención es que el lector cabalgue sobre los versos sin interrupciones. Se omiten los signos de puntuación, como el extenso monólogo interior de Molly Bloom, personaje del irlandés James Joyce en “Ulises” (1922). Los párrafos completos en cada página tienen la forma de ventanas o cuadros, lo que ocasiona un efecto de inmersión.
En la segunda parte, “Panteras violetas del espejo”, los versos parecen encadenarse utilizando el signo de los dos puntos. Las frases se reflejan unas con otras, simbolizan un espejo; esas palabras se aprecian entre sí, tal vez cara a cara, tal vez juntando las narices.
“Tengamos hijos transparentes: libres espirales / como nacidos del aire: del juntamiento perfecto de las partes utópicas / el misterio encarnado: hechos de raíces y talismán / como sus creadores: acaso puentes siderales / en verdadera compatibilidad: pero no estabas” (”Interior VI: técnica mixta” / 3:3).
También confiesa que apeló a la vanguardia surrealista en el apartado final, nombrado “Cartadentros”. Tomó de inspiración los cuadros de Max Ernst, Leonora Carrington y Remedios Varo, algunos grandes exponentes del universo inconsciente y las visiones oníricas:
“El suelo es tan fértil que podemos enterrar los pies y regar los frutos nacientes. El viento es un canto perpetuo de suaves ícaros” (”Interior VI: técnica mixta” / Mi niña salvaje).
The Fireside Angel, 1937 Oil on canvas 44 7/8 x 57 ½ in (114 x 146 cm) Private collection © 2004 Artists Rights Society (ARS), New York/ADAGP, Paris
El fuego —y todo lo que deriva de su gallardía— es otro aspecto fundamental en esta obra debut de Ximena López Bustamante. “Es la vitalidad de uno. Para mí, el amor se reinterpreta con el fuego, aquello que no se agota y se mantiene en movimiento. Citando a Octavio Paz, él hablaba del fuego como unidad, cuando viene de dos personas. Hablaba de la llama doble. Me hizo eco ese concepto. Es como el viento que le da vida a las alas para alzar vuelo”, explica.
Las flamas de ese elemento natural, no obstante, solo calan en las personas que asisten a los recitales cuando el literato ha entrenado su cadencia, según la escritora. “Un poeta que no sabe leer sus poemas es decepcionante. Debe buscar la musicalidad, la respiración exacta… Todo aquello permite transmitir. Algunos tropiezan con sus propias palabras. En mi caso, práctico siempre la lectura lírica”.
La validación en las redes sociales
“Ahora llaman poemas a cualquier cosa, como un texto catártico, por ejemplo. No se mide calidad, sino validación. Están esperando llegada, comentarios, likes. ¿Si alguien te dice que tu texto es malo, lo aceptarás? No. Borras el comentario, bloqueas a las personas”, dice Ximena, con una autoridad arraigada a través de los años.
Ximena López —asevera— no postea en las redes sociales para recibir aplausos. “Si quiero un feedback sincero, voy a un taller. Allí me he pulido verdaderamente”, afirma. La autora emprenderá un viaje a Europa, pero promete seguir transitando por las sendas del lirismo y el encanto de las palabras.
El libro “Interior VI: técnica mixta” ya está disponible en Fábula Salvaje (av. Cayma 514 B, Arequipa) y muy pronto en librerías independientes de Lima.