Parecía que nunca más veríamos esos episodios absurdos de las películas cómicas en las que los ladrones persiguen a los policías. Hasta que escuchamos la increíble versión del abogado Mateo Castañeda sobre su detención como parte de la operación Los Waykis en la Sombra. “¡Esto es una emboscada!”, casi gritó Castañeda a los periodistas cuando era conducido esposado por efectivos de la Diviac. “¡Es una celada!”, añadió. Incluso llegó a señalar que el exministro del Interior Carlos Morán era quien lo llamaba insistentemente para que se reuniera con el coronel PNP Harvey Colchado. Con el tono de una víctima, Castañeda culpó a otros de su desgracia. Lo que estaba diciendo es que los policías eran los ladrones, que se habían equivocado con él.
Mateo Castañeda conoce muy bien al general PNP (r) Carlos Morán, desde la época en que el primero ejercía como fiscal. Y existe confianza entre ambos, tanto que Morán lo contrató como abogado para que lo defendiera en casos derivados de su gestión como ministro del Interior. También es de pleno conocimiento de Castañeda que el coronel PNP Harvey Colchado se formó como oficial bajo la influencia de Morán. Si Mateo Castañeda es abogado de la presidenta Dina Boluarte, hermana del investigado Nicanor Boluarte, ¿quién necesitaba contactar con Colchado? ¿Morán?
Castañeda lanzó el bulo de los ladrones que persiguen a los policías porque sabe que en esta época en la que se desprecian los hechos y se fabrican verdades alternativas, hay medios y periodistas dispuestos a reproducir su versión sin la menor contrastación con los datos factuales. Castañeda, siendo abogado de la mandataria Dina Boluarte, hermana del investigado Nicanor Boluarte, jamás debió contactarse con el coronel Colchado, ni siquiera para preguntarle la hora o el estado del tiempo. Probablemente, Castañeda actuó así, presionado por su clienta. Pero de ninguna manera lo que le sucedió fue una emboscada. Castañeda lo que hizo fue parodiar a Groucho Marx: “¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?”.