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Opinión

Te pasaste, macho... ¡flor de relos!, por Augusto Álvarez Rodrich

¡Solo unos pocos los elegidos, chaque heure pour la minorie!

larepublica.pe
AAR

La explicación aún pendiente de la presidenta Dina Boluarte sobre sus Rolex es indispensable por la transparencia que exige ser mandataria, pues su respuesta deja, como la otra sobre el papel real del hermanísimo Nicanor en el gobierno, duda que mata su credibilidad.

El reportaje de los Rolex que usa Boluarte no es frívolo, como dijeron unos ministros; es legítimo, pues la corrupción en un sillón presidencial en el que se ha visto cada cosa es cuestión de interés público: perjudica a todos.

También, porque sus remuneraciones previas a llegar a palacio —Reniec, Midis— no son consistentes con la compra de relojes de más de US$15.000; hasta uno, en fin, pero ¿tres? ¡Andá!

El cafetín del Club Regional Apurímac le puede haber permitido algunos gustitos a Dina, pero eso es, pues, lo que por transparencia debería informar.

Hoy las mujeres facturan, pero si Shakira tuvo líos con el fisco, Dina los tendrá con la justicia si no aclara este Rolexidio. Si un político no está dispuesto a revelar su intimidad en asuntos del billete, que ni se meta a la cancha política, donde la oscuridad apesta.

Boluarte pudo distraer con coquetería y decir que se los regaló un noviete que anda haciendo méritos, pero su mentira asoma cuando dice que son antiguos y el experto Rolex demuestra que son de camada reciente. Tan falso como cuando quiere desmentir que su hermano participa en el gobierno ante  la abundancia de reportajes periodísticos que lo evidencian. El hermanísimo le va a salir más caro que los Rolex.

Mi hipótesis: los Rolex son regalos que suelen hacer empresas que vienen a hacer negocios en el Perú y que la visitaron en palacio, pero eso está prohibido pues, como dice la tradición de Ricardo Palma sobre Ramón Castilla, en un momento el cañoncito hará ‘¡pum!’.

De paso, más interesante que el reportaje de los Rolex de Boluarte es averiguar quién pasó el dato a ‘La Encerrona’. ¿Empezó la venganza de Alberto Otárola para que Dina lo extrañe?

También se ve raro que quien entró a política en polleras porque Pedrito era del pueblo ahora vaya bien al Rolex,  pero esta columna evita temas del ajuar femenino. Mientras, Dina podría cantar ‘La tanda’ de Les Luthiers: ¿Te compraste un chaque heure pour la minorie? Te pasaste, macho. ¡Flor de relos!