Por Sandro Mairata | @CINENSAYOLat y @smairata
Eternals no les gustará a todos. Después de la hiperkinética Shang Chi, se siente el frenón brusco y el cambio de registro visual, narrativo y rítmico cortesía de Chloé Zhao, reciente ganadora de dos premios Óscar (de tres) a mejor película y mejor dirección por Nomadland, absoluta antítesis de un filme de Marvel. El estilo de Zhao privilegia los silencios y los espacios amplios, el paisaje como apoyo para describir el estado emocional de sus personajes. Todo esto viene en Eternals.
Zhao consiguió de sus jefes un completo control artístico; el resultado es un híbrido entre blockbuster y filme de autor que desentona, pero que no decepciona. Allí donde Taika Waititi incorporó humor sagaz en su Thor: Ragnarok de 2017, Zhao hace la pregunta “¿qué ocurriría si filmamos con más calma?”.
Así, Zhao navega con un enrevesado guion de dos horas y media obteniendo una notable cohesión en su extenso elenco. Destaca del grupo la verdadera protagonista, Gemma Chan, actriz que ya había actuado en Capitana Marvel (2019) como Minn-Erva, una hostil soldado alienígena. Chan es Sersi, miembro medular del grupo de “eternos” y que concentra la crisis del grupo.
Eternals trata de un colectivo de seres milenarios que han acompañado a la humanidad; tienen poderes y responden a un monumental ente cósmico, Arishem, miembro de los celestials, seres misteriosos que manejan aspectos enteros del universo. Lidera Ajak (Salma Hayek) y su guerrero principal es Ikaris (Richard Madden); Angelina Jolie tiene el rol de Thena, otra notable guerrera que padece de mahd w’yry, un mal que le hace entrar en un agresivo trance amnésico. Todos combaten a seres llamados deviants (“desviados”), que aquí se presentan sorprendentemente solo como monstruos –en los cómics, son personajes completos–. Los eternals hallarán verdades sobre sí mismos y su propia misión, que crearán una crisis enorme entre ellos.
Zhao abusa de sus paisajes a contraluz con el sol asomando entre sus personajes; y pese a referenciar hechos del Universo Cinemático Marvel, Eternals se siente como otro filme aislado. Los fans de Juego de tronos se reirán de la reunión cara a cara de los hermanastros Robb Stark (Madden) y Jon Snow (Kit Harington): Harington tendrá un rol a futuro. Pero es la presentación de un superhéroe LGTB, Phastos (Brian Tyree Henry) y de una con discapacidad auditiva, Makkari (Lauren Ridloff), lo que inyecta relevancia extra a Eternals, un filme con pleitos comprados por Chloé Zhao para presentar un manifiesto personal de su visión del cine a lo Marvel.
Hay escenas dispares, sí, y cierta edición atropellada trasluce dónde hubo que cortar a la fuerza. Tampoco Zhao es la mejor directora de acción –después de Shang-Chi, se pierde visceralidad–. El sabor es distinto, pero la calidad está ahí.
Banda aparte. La oscarizada directora Chloé Zhao presenta una versión personal de una cinta Marvel en Eternals. Foto: difusión