
El caso de Zachary Williams ha conmocionado a la comunidad de Virginia Occidental, en Estados Unidos. El pasado 25 de mayo, fue arrestado tras ser acusado de asesinar a su hijastro de 17 meses en un acto de violencia que, según él, fue provocado por el llanto incesante del niño. La autopsia reveló que la víctima sufrió una fractura de cráneo compatible con un traumatismo contundente.
Los primeros informes indicaron que los servicios de emergencia acudieron a la casa de Williams tras recibir una llamada que alertaba sobre un menor que había dejado de respirar. A pesar de los esfuerzos del personal médico, que realizó RCP durante una hora, el niño fue declarado muerto. Ahora, Williams se encuentra detenido sin derecho a fianza en la Cárcel Regional Central, mientras la investigación sigue en curso.
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En un principio, Zachary Williams, de 27 años, afirmó que el niño había tenido dificultades para dormir y que había colapsado mientras él intentaba calmarlo. Según declaró a la policía, el menor se había puesto rígido y luego flácido antes de perder el conocimiento. En ese momento, Williams llamó a la madre del niño, quien a su vez contactó a emergencias e intentó reanimar al pequeño con maniobras de RCP.
Sin embargo, la autopsia reveló un panorama distinto. El niño presentaba una fractura de cráneo en la parte posterior de la cabeza, una lesión causada por un impacto contundente. Este hallazgo contradijo las afirmaciones iniciales del padrastro y desencadenó una segunda ronda de interrogatorios por parte de la policía.
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Durante el segundo interrogatorio, Zachary Williams confesó haber causado la muerte del niño. Según documentos judiciales, el hombre admitió que su hijastro estaba “ llorando incontrolablemente ”, lo que lo llevó a perder el control y arrojar al menor contra el marco de una cama. Williams también declaró a las autoridades que se sentía completamente responsable del incidente.
Los abuelos del niño, quienes también residían en la casa, declararon que no habían notado signos evidentes de abuso en el menor. Según ellos, el niño había mostrado un comportamiento normal y solo presentaba un leve resfriado y un pequeño hematoma sobre el ojo debido a una caída accidental mientras gateaba.
Actualmente, Zachary Williams está bajo custodia sin derecho a fianza. Enfrenta cargos de asesinato en primer grado y abuso infantil que resultó en la muerte del menor. Las autoridades han programado una audiencia preliminar para finales de este mes, donde se espera que se presenten más pruebas y testimonios sobre lo ocurrido.

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