California es un líder en la producción de energía renovable en Estados Unidos, especialmente en energía solar y eólica. El estado de Gavin Newsom ha implementado políticas ambientales rigurosas y fomentado el uso de fuentes limpias. Con un enfoque en la sostenibilidad, el también llamado 'Estado dorado' ha logrado expandir significativamente su capacidad renovable, en pos de reducir las emisiones y cumplir con los acuerdos climáticos internacionales.
A pesar de su impulso hacia las energías limpias, California sigue siendo un importante productor de petróleo. La cuenca de Los Ángeles y el Valle Central albergan grandes yacimientos petroleros. Aunque las estrictas regulaciones ambientales han afectado la industria, el 'oro negro' es clave en la economía estatal, mientras se busca un equilibrio con la transición hacia energías más sostenibles. Sin embargo, la aparición de un estado del sur le está quitando protagonismo en lo que se refiere a la sostenibilidad ambiental.
El estado de la estrella solitaria ha logrado diversificar su matriz energética, reduciendo su dependencia de los combustibles fósiles y aumentando su capacidad para generar electricidad renovable. Foto: Huffingtonpost
Texas, tradicionalmente conocido por su dominio en la industria petrolera, ha dado un giro sorprendente al posicionarse como un referente en energía renovable. En mayo de 2024, el estado superó a California en la generación de energía solar, lo que marcó un hito en su transición hacia fuentes de energía limpia. Este cambio de enfoque no solo es una tendencia en el mercado energético, sino que también refleja el liderazgo de Texas en el ámbito de las energías renovables a nivel nacional.
En el segundo trimestre de 2024, Texas incrementó su capacidad en energías renovables y almacenamiento con 2.958 MW adicionales, lo que posiciona al estado como un actor clave en el sector. En los últimos cinco años, la combinación de energías renovables, incluida la nuclear, ha aumentado del 31% al 47%, y se espera que para finales de 2024 se añadan otros 7,2 GW. Esta evolución ha sido impulsada por la desregulación del mercado eléctrico a principios de los 2000, lo que aumentó la competencia y facilitó la adopción de energías limpias a través de incentivos fiscales federales.
El proceso simplificado para la conexión de nuevos proyectos a la red eléctrica también ha sido un factor determinante en la expansión de las energías renovables en Texas. Además, la creciente inversión en centros de datos y en la industria manufacturera ha contribuido significativamente al impulso de las energías limpias y el almacenamiento.
La combinación de factores climáticos favorables y políticas estatales ha impulsado el desarrollo de proyectos de energía renovable a gran escala en Texas. Foto: PV Magazine
Uno de los mayores retos de la energía renovable es el almacenamiento, especialmente cuando la oferta es mayor que la demanda. En Texas, la solución ha sido invertir en capacidades de almacenamiento, lo que ha permitido equilibrar la red eléctrica y aumentar su estabilidad. En 2024, se agregaron 6,4 GW de capacidad en baterías, lo que contribuye a mitigar los problemas causados por las inclemencias del clima. Además, la empresa Element Energy ha construido el mayor proyecto de baterías de segunda vida del mundo en Texas, reutilizando baterías de vehículos eléctricos para proporcionar almacenamiento energético conectado a la red.
Otro factor que posiciona a Texas como líder en renovables es su enfoque en proyectos innovadores. Un ejemplo destacado es el proyecto Concho, que combina energía eólica con la captura directa de aire para eliminar emisiones de CO2. En su fase inicial, el proyecto tiene como objetivo capturar 30.000 toneladas de CO2 al año, con planes de expansión. El dióxido de carbono atrapado será almacenado bajo tierra, lo que ofrecerá oportunidades económicas para los propietarios de tierras locales.
A pesar de las inversiones en energía renovable bajo la administración de Biden, los planes de Trump para Texas podrían ser diferentes. Sin embargo, es incierto cómo influirán sus políticas en el sector, ya que el futuro secretario de Energía de su administración es un magnate del petróleo. El impacto de su liderazgo en la industria de las energías limpias en Texas aún está por definirse.