La proclamación de Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos ha suscitado una gran inquietud en California, especialmente entre los políticos y especialistas en bienes raíces, quienes temen que su "programa económico extremista" empeore aún más la crisis de bienes raíces en la región.
En este contexto, se rumorea que las políticas de inmigración y comercio de la gestión de Trump podrían impactar de manera adversa en el acceso a la vivienda, en particular para los inmigrantes y los habitantes de bajos ingresos de California. Las políticas anteriores de Trump, incluyendo sus promesas de deportaciones en masa y incrementos en los impuestos, podrían obstaculizar la edificación de viviendas, además de impactar a las familias que ya batallan para obtener viviendas asequibles.
Una de las casas alquiladas en California. Foto: AFP
Las medidas de Trump, que incluyen la deportación de inmigrantes y el aumento de impuestos a las importaciones, podrían restringir la disponibilidad de viviendas subsidiadas y aumentar los costos de construcción en California. Estas acciones podrían impactar negativamente tanto en el mercado de viviendas como en la industria de la construcción, exacerbando aún más la crisis de vivienda en el estado más poblado de EE. UU.
Una de las propuestas más controvertidas de Trump es la deportación masiva de inmigrantes, a quienes él y su compañero de fórmula, JD Vance, culpan de contribuir a la crisis inmobiliaria en California. Argumentan que la deportación de inmigrantes liberaría viviendas que podrían ser ocupadas por ciudadanos estadounidenses. Además, Trump ha prometido prohibir las hipotecas para inmigrantes indocumentados, aunque este grupo representa una pequeña fracción del mercado inmobiliario.
El impacto de estas deportaciones en la industria de la construcción podría ser significativo. La reducción de la fuerza laboral inmigrante, que representa una parte fundamental del sector de la construcción, podría obstaculizar la capacidad para construir nuevas viviendas. Según Ben Metcalf, director del Centro Terner para la Innovación en Vivienda de la UC Berkeley, si se implementan políticas que deporten a quienes no son ciudadanos o titulares de Green Card, se perdería una fuerza laboral esencial para el sector. "Esto destruiría una fuerza laboral de la construcción que ya está envejeciendo y disminuyendo", advirtió Metcalf.
Otro factor que podría agravar la crisis inmobiliaria es el aumento de los aranceles a las importaciones, una política que Trump implementó durante su primer mandato y que ahora podría ampliar. Los aranceles sobre los materiales de construcción, como el acero y el cemento, incrementarían los costos de las viviendas nuevas, ya que las empresas constructoras se verían obligadas a pagar impuestos adicionales sobre estos productos importados. Durante los primeros dos años del mandato de Trump, la Asociación de la Industria de la Construcción de California reportó que los aranceles aumentaron el costo promedio de una vivienda nueva entre 20.000 y 30.000 dólares.
Este aumento en los costos de los materiales podría ralentizar la construcción de viviendas, especialmente en un estado como California, donde ya existen grandes desafíos en cuanto a la disponibilidad de viviendas asequibles. Si la administración de Trump sigue adelante con la imposición de más aranceles, la construcción de viviendas nuevas podría verse aún más afectada, lo que exacerbaría la crisis de vivienda y dificultaría el acceso a viviendas para miles de familias californianas.