La deportación de un inmigrante en Estados Unidos es un proceso legal complicado que conlleva diversas implicaciones. Uno de los aspectos menos comentados, pero cruciales, es el manejo de los bienes, como los fondos en cuentas bancarias, cuando una persona es deportada. Aunque la legislación no proporciona una solución uniforme para todos los casos, hay varios escenarios frecuentes que los inmigrantes deben considerar sobre el destino de su dinero en cuentas bancarias al ser expulsados del país.
Abrir una cuenta bancaria puede ayudar a los inmigrantes a establecer un historial crediticio en Estados Unidos. Foto: Tipsert
Cuando un inmigrante es deportado de Estados Unidos, las autoridades migratorias generalmente no se ocupan directamente de los fondos que el individuo tiene en cuentas bancarias. Sin embargo, el banco donde se encuentre la cuenta sí puede actuar para proteger su dinero, dependiendo de las circunstancias. En muchos casos, si el individuo sigue siendo titular de la cuenta, los fondos permanecen a salvo mientras no haya una orden judicial que disponga lo contrario.
Sin embargo, la situación se complica si la deportación implica que el inmigrante debe salir del país de manera permanente. En estos casos, es posible que el banco cierre la cuenta si el titular no puede justificar su residencia en EE. UU. o si no puede seguir manteniendo su cuenta de acuerdo con las políticas de la institución financiera. Además, si el inmigrante tiene deudas o si su cuenta presenta saldos negativos, estas obligaciones deben ser resueltas antes de la deportación, lo cual puede complicar aún más la situación.
En teoría, un inmigrante deportado tiene derecho a retirar el dinero de su cuenta bancaria, pero esto dependerá de la situación específica de su cuenta. Si el inmigrante tiene acceso a su cuenta en línea o por medio de una tarjeta de débito, puede realizar retiros antes de dejar el país. Sin embargo, si la cuenta está bloqueada o cerrada debido a la falta de estatus legal, el acceso al dinero puede complicarse.
En algunos casos, el banco podría requerir pruebas de que la persona sigue siendo residente en EE. UU. para permitirle mantener su cuenta abierta o continuar operando con ella. Es importante que los inmigrantes que enfrentan la posibilidad de ser deportados busquen asesoramiento legal para manejar sus activos de manera apropiada y asegurarse de que sus derechos sean respetados durante este proceso.
Una opción viable para los inmigrantes deportados es transferir el dinero de su cuenta bancaria en EE. UU. a una cuenta en su país de origen antes de ser deportados. Los servicios de transferencia de dinero, como Western Union o transferencias bancarias internacionales, pueden facilitar este proceso. Sin embargo, las tarifas por transferencias internacionales suelen ser elevadas, y la rapidez de la transacción puede depender de varios factores, como el monto y las políticas del banco. Además, algunos bancos podrían limitar el monto que se puede transferir en una sola operación.
Además de las implicaciones bancarias, es fundamental que los inmigrantes que enfrentan la deportación consulten con un abogado especializado en inmigración. Existen diversos factores que pueden influir en cómo se manejan las cuentas bancarias y otros bienes personales en estos casos. Un abogado podrá brindar orientación sobre los pasos que se deben seguir para proteger el dinero y garantizar que no haya conflictos legales adicionales relacionados con las finanzas del deportado.