Donald Trump ha asegurado la victoria en las elecciones y, en enero, asumirá la presidencia de Estados Unidos. Una de las novedades más comentadas de su nuevo gobierno es la incorporación de Elon Musk, quien tomará un rol destacado en la administración. Trump celebró su triunfo en una cena exclusiva, rodeado de figuras influyentes de negocios y tecnología, donde Musk estuvo presente y su participación en el nuevo gabinete fue confirmada.
Musk, reconocido como uno de los empresarios más innovadores y visionarios, aportará ideas que promuevan la eficiencia y reducción de costos en el gobierno. Durante su campaña, Trump mencionó que uno de los objetivos de su administración será la creación de una comisión para mejorar la eficiencia gubernamental, propuesta que, según él, surgió por iniciativa de Musk.
Elon Musk publicó en su cuenta de X un afectuoso saludo a Donald Trump tras su victoria en las elecciones de Estados Unidos. Foto: AFP
Esta comisión, que se llamaría el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), se centrará en identificar y eliminar gastos innecesarios en distintas áreas del gobierno federal. “Elon Musk será quien nos ayude a reducir costes, podría ahorrar billones”, afirmó Trump en un mitin en Míchigan.
Trump ha enfatizado que Musk no recibirá compensación económica por su colaboración en el nuevo gobierno, destacando que el multimillonario participará de manera voluntaria. “Lo hará sin cobrar porque desea ver a este país prosperar”, declaró Trump, resaltando la alianza entre ambos. Musk, quien ha sido un firme partidario de la agenda "Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo" (MAGA), reafirma su compromiso con los ideales conservadores de la administración.
Para Musk, involucrarse en el gobierno de Trump representa un cambio en su trayectoria, llevando su influencia del sector privado a la esfera pública. Durante la campaña, Musk no solo demostró su apoyo mediante declaraciones, sino también con recursos financieros. En Pensilvania, Musk destinó al menos 119 millones de dólares a un comité de acción política a favor de Trump y asistió a diversos eventos clave para respaldar su candidatura. Esta relación se fortaleció en Mar-a-Lago, donde Musk se reunió con el equipo de Trump para planificar su papel en la nueva administración.
La integración de Musk en el gobierno no ha estado libre de cuestionamientos. Desde el lado demócrata, algunos señalan posibles conflictos de interés, ya que varias empresas de Musk interactúan regularmente con agencias federales. Por ejemplo, SpaceX, su compañía de exploración espacial, tiene a la NASA como uno de sus principales clientes. Además, Tesla, su empresa de vehículos eléctricos, depende de créditos fiscales federales para incentivar sus ventas, y su red social X (anteriormente Twitter) está bajo la supervisión de la Comisión Federal de Comercio (FTC).
Estas críticas apuntan a que la cercanía de Musk con la administración de Trump podría poner en duda la imparcialidad en la relación entre sus empresas y el gobierno. No obstante, Musk ha insistido en que su participación será para promover el bienestar general y la eficiencia en la administración pública, dejando abierta la expectativa de cómo influirá su papel en la política estadounidense y en los vínculos entre sus empresas y el gobierno.