El proceso para obtener la ciudadanía americana está rodeado de diversas creencias erróneas que a menudo desalientan a los inmigrantes o generan expectativas poco realistas. Aunque para muchos convertirse en ciudadano de Estados Unidos representa un sueño, el camino puede ser largo y complicado, con requisitos rigurosos que suelen dar lugar a confusiones. Es por eso que expertos en migración, como el abogado Daniel Shanfield, han desmentido algunos de los mitos más comunes que circulan en torno a la naturalización. Tener una visión precisa sobre este proceso ayuda a los aspirantes a prepararse adecuadamente y evitar desilusiones.
El proceso de naturalización puede variar en duración dependiendo de diversos factores, como la carga de trabajo del USCIS y la complejidad del caso individual. Foto: USCIS
Uno de los mitos más comunes es que obtener la ciudadanía es un trámite veloz y sin complicaciones. En realidad, la naturalización requiere varios pasos exhaustivos, entre ellos cumplir con un periodo mínimo de residencia legal en EE. UU., aprobar exámenes de inglés y de conocimientos básicos sobre la historia y el sistema de gobierno del país, y pasar una verificación de antecedentes. Estas condiciones pueden hacer que el proceso sea extenso y minucioso.
Es frecuente pensar que el matrimonio con un ciudadano estadounidense garantiza automáticamente la ciudadanía, pero esto es incorrecto. Aunque casarse con un ciudadano puede agilizar ciertos trámites, el proceso no es inmediato ni automático. Los aspirantes aún deben cumplir requisitos de residencia y presentar sus solicitudes de acuerdo con los requisitos establecidos por USCIS.
Existe la creencia de que el proceso de ciudadanía es muy costoso, accesible solo para aquellos con recursos económicos. Aunque las solicitudes tienen tarifas, no son prohibitivas. Además, USCIS ofrece formularios para solicitar exenciones de pago en casos de necesidad económica, lo que hace que la ciudadanía esté al alcance de personas con distintos niveles de ingreso.
Otro mito extendido es que Estados Unidos prohíbe la doble ciudadanía. Aunque el país no fomenta esta práctica, tampoco la prohíbe. Los ciudadanos pueden conservar su nacionalidad de origen, aunque es importante conocer las posibles implicaciones en temas fiscales y legales para quienes tienen doble nacionalidad.
Aunque se exige un nivel básico de inglés para la naturalización, no es necesario tener un dominio perfecto. USCIS requiere que los solicitantes puedan comunicarse en inglés de forma sencilla y entender derechos y deberes de la ciudadanía estadounidense, pero no se exige fluidez total.
Convertirse en ciudadano estadounidense ofrece múltiples beneficios, entre los cuales destaca el derecho a votar en elecciones locales y federales, permitiendo una participación directa en el futuro político del país. Además, los ciudadanos tienen acceso a mayores protecciones legales y pueden recibir asistencia consular en el extranjero. Otros beneficios incluyen la posibilidad de patrocinar a familiares cercanos para que emigren a Estados Unidos de forma más rápida y sin la necesidad de renovar su estatus migratorio o preocuparse por posibles deportaciones, siempre que respeten las leyes del país.