Bill Gates, conocido por su papel como cofundador de Microsoft, también se ha destacado como un importante impulsor de la innovación en energía limpia. A través de su compañía TerraPower, fundada en 2008, ha buscado desarrollar soluciones energéticas sostenibles que ayuden a combatir el cambio climático. Uno de sus proyectos más ambiciosos es la construcción de una planta de energía nuclear de última generación, que promete cambiar el panorama energético a nivel global.
A lo largo de los años, Gates ha enfatizado la necesidad de tecnologías que reduzcan las emisiones de carbono, además de que sean eficientes y seguras. Su apuesta por la energía nuclear de nueva generación forma parte de una estrategia para crear fuentes de energía escalables y sostenibles que puedan satisfacer las necesidades crecientes de la humanidad sin contribuir al calentamiento global.
Bill Gates es un ferviente defensor de la educación y ha promovido el uso de tecnología en las aulas para mejorar el aprendizaje. Foto: AFP
El proyecto se llevará a cabo en la pequeña localidad de Kemmerer en Wyoming. Este lugar ha sido elegido para albergar la primera planta de energía nuclear de la tecnología Natrium, que TerraPower ha descrito como "la más avanzada del mundo". La ciudad, que anteriormente vivía de la minería y las centrales térmicas, se convertirá en el epicentro de una transformación energética que podría definir el futuro de la energía en Estados Unidos.
Esta localidad de 2.400 habitantes enfrentaba un futuro incierto tras el cierre de su mina de carbón. Sin embargo, el proyecto nuclear de TerraPower ha dado nueva esperanza a esta comunidad, que verá un resurgir económico gracias a los empleos que generará la construcción y operación de la planta. Se espera que el proyecto cree más de 1.600 puestos de trabajo durante la fase de construcción y alrededor de 250 empleos permanentes cuando la planta esté en funcionamiento.
Bill Gates ha expresado su preocupación por problemas globales como el cambio climático y las pandemias, y ha abogado por una mayor inversión en investigación y desarrollo para abordar estos desafíos. Foto: Terra Power
La planta de energía nuclear que Bill Gates está financiando será la primera de su tipo. Utilizará la tecnología Natrium, desarrollada por TerraPower, que combina un reactor modular de cuarta generación refrigerado por sodio con un avanzado sistema de almacenamiento de energía basado en sales fundidas.
A diferencia de los reactores nucleares tradicionales, el reactor Natrium emplea sodio como refrigerante, lo que proporciona una mayor estabilidad térmica y reduce el riesgo de sobrecalentamiento. Además, su sistema de almacenamiento de energía permitirá acumular el excedente energético generado durante los periodos de baja demanda y liberarlo cuando sea necesario, facilitando así la integración con fuentes de energía renovable como la solar y la eólica.
Con una capacidad de 345 megavatios (MW) de energía eléctrica, que puede incrementarse temporalmente hasta 500 MW, la planta será capaz de suministrar electricidad a 400.000 hogares. Uno de los aspectos más innovadores de este proyecto es su costo operativo. Según Chris Levesque, CEO de TerraPower, la planta será mucho más barata de operar que las centrales nucleares tradicionales, con un costo que se estima en la mitad de lo que cuesta una planta convencional.
Tras retirarse de su puesto ejecutivo en Microsoft, Gates y su esposa Melinda fundaron la Fundación Bill & Melinda Gates, dedicada a mejorar la salud global y reducir la pobreza. Foto: Terra Power
El costo total del proyecto se estima en 4.000 millones de dólares, de los cuales el Departamento de Energía de Estados Unidos cubrirá la mitad. El propio Bill Gates ha invertido 1.000 millones de dólares, de esa manera ha demostrado su compromiso con la energía nuclear como una solución viable para un futuro libre de emisiones de carbono.
Este proyecto será una hazaña tecnológica y también un ejemplo de cómo la inversión privada puede impulsar avances significativos en la lucha contra el cambio climático. La planta, que estará en marcha en 2023, tendrá un impacto positivo en la economía local, también podría convertirse en un modelo a seguir para el resto de Estados Unidos y otros países que buscan alternativas limpias y sostenibles.