La Residencia Legal Permanente, comúnmente denominada Green Card, es un documento esencial para los inmigrantes en Estados Unidos. Este permiso otorga el derecho a vivir y trabajar de forma indefinida en el país, además de permitir la salida y el reingreso sin el riesgo de deportación.
Además de brindar beneficios, la Green Card conlleva ciertas normas que los titulares deben cumplir para mantener su estatus. El incumplimiento de estas regulaciones puede resultar en la pérdida de la Residencia Legal Permanente.
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Según la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés), existen circunstancias bajo las cuales la residencia permanente puede ser revocada. Un ejemplo es la falta de evidencia en casos de matrimonio con un ciudadano estadounidense, donde no se presenten documentos que demuestren que la pareja vive junta.
La Green Card también puede ser revocada si el inmigrante incurre en fraude o comete algún delito. Dependiendo de la gravedad de la infracción, la persona será sometida a un juicio en la esfera criminal. Posteriormente, el caso será transferido al Servicio de Inmigración, que se encargará de la cancelación de la residencia y la deportación del individuo.
Finalmente, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) requiere que el inmigrante demuestre su residencia legal en el país. Al solicitar la Green Card, el formulario correspondiente incluye preguntas específicas que deben ser respondidas con precisión y veracidad. Mentir al USCIS puede tener graves consecuencias, incluida la posible revocación de la residencia permanente.
Las repercusiones de perder el estatus de residente permanente legal varían según cada caso, pero generalmente implican lo siguiente:
En determinadas circunstancias, la pérdida de la residencia permanente puede llevar a la deportación, especialmente en casos de fraude o criminalidad.